Las sociedades avanzan y, pese a ello, sigue habiendo millones de personas que cada año huyen de sus casas a causa de la guerra y del hambre. Y muchos son los ciudadanos de diferentes países de África y Oriente Medio que deciden arriesgar sus vidas cruzando el Mediterráneo con embarcaciones que, en numerosas ocasiones, resisten con lo justo los golpes de la mar.

Y ahí están, para evitar en lo posible la muerte de personas, una serie de organizaciones no gubernamentales que se dedican, pese a los problemas o la nula ayuda que prestan los gobiernos europeos, a labores de salvamento en el Mediterráneo.

Unas organizaciones que han encontrado en el puerto de Burriana su centro logístico para poner a punto sus barcos, tanto en lo referente al mantenimiento de los motores como, desde ahora, en la adaptación de sus instalaciones a la nueva realidad marcada por la pandemia del coronavirus.

Y es que en las últimas semanas han estado preparándose en el puerto de Burriana las embarcaciones Sea-Watch 4, el Open Arms, el Louis Michel y el Alan Kurdi a la espera de volver a zarpar para continuar con sus labores humanitarias. De hecho, el primero ya ha zarpado, mientras que los tres restantes lo harán en los próximos días, con el objetivo de seguir cumpliendo su misión.

Sus funciones

El Sea-Watch 4 cuenta ahora con la asistencia de Médicos Sin Fronteras que, hasta hace unos meses, trabajaba con el Ocean Vicking en colaboración con SOS Méditerranée. Médicos sin Fronteras ha prestado asistencia a más de 50.000 personas en el Mediterráneo desde hace seis años y retoma las labores humanitarias. Para la portavoz de esta organización en la Comunitat, Mila Font, la pandemia del covid «no puede ser una razón para no responder, como está haciendo la Unión Europea».

Por su parte, el Open Arms es un barco de 37 metros de eslora y 46 años de antigüedad que fue adquirido por Proactiva Open Arms para desarrollar labores humanitarias en el Mediterráneo central. Aunque tiene su base en Barcelona, utiliza el puerto de Burriana desde hace tres años de forma habitual, al contar con las condiciones «idóneas» para realizar su mantenimiento.

Y el Alan Kurdi y Louise Michele navegan bajo pabellón alemán. El primero atracó en Burriana cuando volvió de Palermo, donde lo retuvieron las autoridades italianas desde el mes de mayo; y el segundo es una antigua nave dedicada al recreo que, años atrás, cambio de rumbo para ayudar a salvar vidas.