Es evidente que este está siendo un verano atípico marcado por la emergencia sanitaria del coronavirus y, aunque las restricciones al ocio nocturno han hecho mella en el sector, los chiringuitos de Burriana han conseguido salvar la temporada pese a la incertidumbre que sobrevolaba en el inicio de la época estival.

La alcaldesa, Maria Josep Safont, informó ayer durante el encuentro con los medios, que los establecimientos de la playa han recibido la autorización para permanecer abiertos hasta el 31 de septiembre, una opción por la que muchos van a apostar.

La mayoría hacen un balance económico moderado de estos meses. Tal y como apuntó Toni Tárrega, propietario del Bonkivil, «por lo menos no han sido todo pérdidas, pero es verdad que las restricciones, el avance del cierre a la una de la madrugada y, sobretodo, la falta del Arenal Sound ha menguado nuestros ingresos».

Por lo general, esta temporada ha supuesto un sobreesfuerzo por parte de las plantillas de los chiringuitos para velar por el cumplimiento de las normas en prevención del contagio pero, a su vez, la respuesta por parte de los clientes ha sido «muy positiva». «Nos hemos implicado para ofrecer una programación atractiva durante todo el verano y la verdad es que la gente ha respondido muy bien; no obstante, esto ha supuesto un gran esfuerzo para los camareros que acababan la jornada cansadísimos», indicó Adrián Reula, encargado del Bamba Beach Club.

En todo caso, el hecho de poder alargar la temporada durante todo el mes de septiembre es una novedad ya que tradicionalmente la temporada concluía a principios de este mes de septiembre. El comienzo del curso universitario, las posibles inclemencias meteorológicas y la llegada de temperatura más bajas condicionarán el éxito de esta recta final .