Cada primera semana de mes la historia se repite. Las calles de la Vall d’Uixó se llenan de residuos voluminosos acumulados en aceras, solares, o en medio de la vía pública, a pesar de que desde que se declarara el estado de alarma y todavía en la actualidad, esta costumbre está prohibida.

El origen de esta situación, que se ha convertido en un dolor de cabeza periódico para el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, está en el servicio establecido en su momento para retirar estos residuos domiciliarios. Para facilitar a los vecinos que se deshicieron de trastos, electrodomésticos y muebles, se estableció un día mensual en el que podían dejar todo este material, ordenado, en las calle, para que la empresa encargada de su gestión los recogiera. Con el paso del tiempo, el uso se ha convertido en abuso, hasta el punto de que el equipo de gobierno afrontó la actual legislatura con el propósito de cambiar el sistema por otro más eficiente y menos peligroso e insalubre.

Mientras planificaban una alternativa llegó el estado de alarma y con el las restricciones sanitarias que llevaron a prohibir sacar los voluminosos a la calle, sin excepciones. La respuesta de la ciudadanía ha sorprendido, para mal, a las autoridades, pues cada mes, la escena se repite y las quejas vecinales se reproducen. El concejal de Sostenibilidad, Fernando Daròs, aseguró ayer que «la Policía Local investiga y realiza avisos que se convertirán en denuncias en cuanto esté en marcha el Plan Local de Residuos».

Donde sí que están sancionando es en los vertidos que se encuentran en el término municipal, hasta tres se han tramitado ya, dando traslado a la Conselleria, «que es donde gestionan la denuncia» precisó Daròs.

El caso es que la alternativa implantada por el tripartito desde el mes de marzo funciona, según el edil: la retirada de residuos a domicilio con cita previa. Pero quienes cumplen las normas no son los que están generando un problema en el municipio.

Daròs está convencido de que esta tesitura «solo puede resolverse con información y, desgraciadamente, presión policial», una cuestión que ya está pactada y recogida en el plan local.