Con la entrada del nuevo siglo la Playa de Moncofa contaba con dos hostales con muchos años de historia y, en gran parte, responsables de que, en la actualidad, esta parte del litoral castellonense sea un referente. El Chavarro y el Pinche tuvieron su papel destacado en el crecimiento turístico conseguido en las últimas décadas.

Sin embargo, el destino de ambos hostales ya estaba sentenciado y no era otro que el del derribo, al hallarse en el dominio público marítimo-terrestre y finalizar la concesión que en su día les otorgó el Gobierno de España. Una demolición que tardó años en ejecutarse, pero que dio al traste con la intención de sus propietarios en reformar las instalaciones. El primero en desaparecer fue el Chavarro y hace ahora 10 años le tocó al Pinche.

En su lugar se construyó una zona de ocio, aunque aún quedan tres pequeñas viviendas, que si que cuentan con escritura, principal motivo por el que Costas no pudo ejecutar el derribo.

Hoy en día la Playa de Moncofa ha crecido de manera sustancial en número de viviendas, alcanzando las 10.000, pero no hay ningún alojamiento hotelero, también es cierto que si la localidad contara con plazas hoteleras favorecería la llegada de visitantes.

En opinión del alcalde, Wenceslao Alós, la demolición de ambos establecimientos próximos al mar «fue un grave error, porque al igual que hoy en día existen viviendas que no tienen concesión pero que siguen en pie, lo mismo hubiesen podido hacer con los hostales, facilitando la economía a las familias propietarias y favoreciendo el tránsito de personas llegadas de otros lugares».

En la actualidad, Moncofa cuenta con terrenos destinados a la construcción de hoteles que se encuentran en los desarrollos urbanísticos de Palafangues y Belcaire Norte, en un suelo totalmente consolidado y adosados al casco urbano de la playa. Con todo, Alós explica que, incluso, «también podrían edificarse en cualquier otro punto de lo que es el casco urbano del litoral, porque este tipo de proyectos son compatibles».