La despoblación es una amenaza que pasa a un segundo plano cuando se cierne sobre ti una pandemia. Es la situación que ha vivido Villanueva de Viver, en la comarca del Alto Mijares, que sin tienda, sin colegio y sin un centro médico propio ha tenido que afrontar "con el empeño y tesón de todo el pueblo" la atención a sus mayores en un pueblo de 74 habitantes.

La alcaldesa, Amparo Pérez, ha puesto en valor la "energía y vitalidad de un pueblo que quiere vivir y plantar cara a las amenazas”. “Y lo ha demostrado en la primera ola de la pandemia y lo volverá a demostrar en esta segunda ola, porque cuando los objetivos se llevan en el corazón, no hay barrera infranqueable”, asegura.

"La suerte que hemos tenido es la de contar con grandes profesionales y a la vez, grandes personas”, relata Pérez. Y se refiere a María José Pérez Zaragoza, directora de Servicios Sociales de la agrupación de municipios de Segorbe, quien ha sido "pieza clave" en la consecución de este objetivo. “Ha sido gracias a ella que hemos recibido una subvención de 1.800 euros para atender a los mayores que pasaron el confinamiento en la soledad de sus domicilios. Y no es el dinero, pese a que ha sido el ingreso más cuantioso del año, ha sido la ternura, el corazón y el calor que este pueblo ha recibido de los profesionales de Servicios Sociales”, .

“Hemos superado una primera ola. La segunda la tendremos ganada. Porque tenemos la experiencia de lo vivido, de los voluntarios de Villanueva de Viver, de los empleados municipales, de la humanidad de quienes nos han tendido la mano para superarlo”, asevera.

Hoy esas experiencias se han traducido en un proyecto ambicioso: Quiero vivir en mi pueblo Una apuesta con hashtag propio, #MasVillanueva, que es una “clara apuesta por la vida”. “Y lo hemos hecho de la mano de tanta ayuda recibida y tanto calor humano que se reivindica pese a los escasos recursos de un municipio amenazado por la despoblación”. El mensaje, señala Pérez, “es el que nos ha dado la directora de Servicios Sociales de Segorbe: no estamos solos”. Y esta circunstancia “es un acicate para seguir, para pelear por el futuro con proyectos que nos unan y nos refuercen, que trabajen por un futuro que apueste por lo local desde lo sostenible, que ponga en valor tantos y tantos recursos que nuestros antepasados trabajaron para sacar de estas tierras todo su potencial”.

El esfuerzo, asegura, “ha merecido la pena. Y no vamos a parar. Villanueva de Viver tiene mucha vida por delante, grandes proyectos de futuro y un presente alentador por el que merece la pena luchar