En lo que llevamos del 2020, la Policía Local de Nules ha impuesto 37 sanciones derivadas de la creación del registro obligatorio de identificación de los perros a través de su ADN. Del total de multas tramitadas, algo más del 48% fueron impuestas a propietarios que no habían recogido los excrementos de sus mascotas de la vía pública y las muestras realizadas por la empresa han tenido una coincidencia en el registro.

El resto, un 52%, tienen que ver con otras infracciones, la mayoría, según el alcalde, David García, por no haber cumplido con el requisito indispensable de llevar la muestra para su inscripción.

RENTABILIDAD / El servicio, que se puso en marcha en el 2019 con un coste para las arcas municipales de 38.000 euros, está demostrando ser «muy rentable», según valoró García, que recordó que dependiendo de la gravedad, las multas oscilan entre los 200 y los 750 euros. Esta es la razón por la que, tal y como confirmó, el presupuesto del 2021 volverá a incluir esta partida, con la que el consistorio quiere combatir la insalubridad que genera la falta de civismo de los propietarios que no recogen los excrementos de la calle.

A falta de un mes para que acabe el año, el número de sanciones podría aumentar, porque la Policía Local está a la espera del resultado de las 80 muestras recogidas durante las últimas semanas.

La comparativa con el 2019 es esclarecedora con la progresión que está teniendo un servicio que está más extendido en la provincia de Valencia que en la de Castellón, donde Nules ha sido pionero en esta estrategia. El año pasado, las denuncias interpuestas llegaron a 25, 13 por el resultado positivo de otras tantas muestras y 12 por no haber registrado a los canes en el Ayuntamiento.

Esta obligatoriedad entró en vigor precisamente en el 2019. Durante los primeros meses se llevó a cabo una campaña informativa que se saldó con 1.000 registros, pero no tardó en exigirse ese trámite que, de no llevarse a efecto, puede salirl muy caro a los dueños de los animales.

LIMPIAR TAMBIÉN LOS ORINES / Hace unos días, el consistorio hizo pública una ampliación de las medidas para garantizar la salubridad de las calles. Los vecinos que saquen a pasear a sus perros deben llevar, además de las bolsas de plástico para recoger los excrementos, una botella con algún tipo de producto de limpieza, como la lejía, para eliminar los orines de la vía pública. Para facilitar el cumplimiento de la normativa, el consistorio está repartiendo recipientes plásticos pensados expresamente para esta finalidad.