Dice Paco Nogueras que desde el 1 de enero le cuesta mucho dormir y, cuando se despierta, tiene la sensación de que lo que le está pasando no es real. Pero lo es. Este peluquero de la Vall d’Uixó ha repetido la gesta que ya lo elevó al olimpo de su sector en el 2018, al proclamarse campeón del mundo en el Hairworld 2020

Entre un total de 2.000 profesionales de 55 países, el jurado de la OMC --organización internacional responsable del certamen-- decidió que Nogueras no tenía rival en las pruebas de Gents Classic Fade Cut y Gents Low Skin Fade Cut.

La competición, como otros eventos a lo largo y ancho del planeta, debería haberse celebrado en septiembre en París, pero la pandemia dictó otras normas. La OMC decidió no suspenderla y presentó una versión on line del certamen que no por desarrollarse a distancia ha sido menos exigente para los competidores.

Una exigencia ‘on line’

Dice Nogueras que su fuerte es el directo, los límites de tiempo, la presión de tener al jurado estudiando cada uno de sus pasos, por lo que exponerse a su escrutinio en una foto le resultó mucho más complicado. Aun así, su logro desdice a su escepticismo inicial.

Pero las alegrías no se ciñeron al ámbito individual, ya que en ambas categorías los integrantes de la selección española, de la cual él es seleccionador, han copado los primeros puestos. El 2021 no podría haber empezado mejor. Y, envuelto en una nube de satisfacción personal, no quiere que se le olviden los agradecimientos, porque «nada habría sido posible sin el apoyo de la Asociación Nacional de Peluquería e Imagen (Aneip), la Organización Nacional de Belleza (ONB), el Gremio de Peluquería de Valencia y nuestro patrocinador principal, Rebel Profesional Man».

Sobre su especialidad, la que le ha dado el triunfo, Paco Nogueras explica que es la técnica más exigente de todas, pues exige la perfección: «Debes dominar todas las técnicas, la navaja, la tijera... y saber ejecutar ese cuadrado perfecto que define el corte clásico».

El triunfo le ha servido para entender que quiere «compartir todo lo que ha aprendido para que otros puedan lograr lo mismo». Un gesto que le otorga otro premio, el de la generosidad.