La parálisis administrativa generada por la declaración en marzo de la pandemia y el estado de alarma, y un trámite burocrático requerido por Intervención en la recta final del 2020, han llevado a la Vall d’Uixó a retrasar el inicio de las obras de restauración del vertedero de Garrut, incluidas en el presupuesto del año pasado.

El concejal de Medio Ambiente, Fernando Daròs, confirma que el contrato está firmado y la empresa ya ha notificado que, salvada la burocracia y las indicaciones del servicio de intervención municipal, su previsión es «empezar a trabajar a finales del mes de enero».

El presupuesto de esta intervención es de 117.000 euros, necesarios para restaurar los daños ocasionados por el derrumbe de uno de los taludes, que dejó al descubierto gran cantidad de basura.

En el 2008 se hizo efectiva la clausura definitiva de este vertedero, cuyo mantenimiento corresponde al consistorio durante 30 años, por lo que este tipo de desperfectos seguirán costando dinero a las arcas municipales.

Hasta que pudo contarse con presupuesto, el Ayuntamiento realizó una intervención provisional cubriendo la parte afectada para evitar que los restos allí acumulados se pudieran esparcir. Si otros imprevistos no obligan a cambiar los planes, en unas semanas empezará a ejecutarse un proyecto que incluye la restauración del talud dañado, la limpieza y refuerzo de la balsa de lixiviados --el líquido que genera la basura en descomposición y los arrastres de las lluvias-- y la adecuación de parte del barranco de Garrut, en concreto, un camino municipal que aunque tiene un uso escaso, necesita de la intervención de consolidación.

En el 2020, el Ayuntamiento priorizó la reserva de este dinero, pese a las necesidades generadas por el covid, por ser un «problema medioambiental inaplazable».