Uno puede manifestar la pasión por las raíces y tradiciones de su pueblo de infinitas formas, pero la escogida por un vecino de l’Alcora bien merece un destacado, por el esfuerzo que le ha requerido el objetivo en el que se embarcó un buen día, como por lo impresionante de su resultado.

Pedro Gonell ha logrado sorprender a propios y extraños al crear una verdadera casa-museo de la cerámica en el revestimiento de su propia vivienda, un trabajo que, de forma inevitable, invita a recrearse en los detalles.

Empezó recogiendo piezas que reciclaba, desechos cerámicos, azulejos artísticos rotos, elementos que la gente tiraba. El resultado de su empeño y cariño ha hecho que ahora sean relevantes ceramistas, empresarios y asociaciones los que le lleven material para que luzca en su fachada. Todos han comprendido el interés y la ilusión que ha depositado en el propósito de incluir en su creación lo más representativo de l’Alcora, logrando así que la casa se haya convertido en un símbolo de la capital de l’Alcalatén.

Un hecho anecdótico reseñable tiene que ver con la celebración de la Feria de Antigüedades y el Coleccionismo que se ubica en la calle Camino Norte, donde se encuentra una de las dos puertas de acceso a la vivienda. No es raro comprobar cómo la fachada de Gonell llama más la atención del público que las propias paradas.

Solo hace falta prestar un poco de atención para identificar entre las composiciones cerámicas referencias a las principales fiestas y tradiciones locales: Rotllo, la Dobla, el Cristo, el Parany, los toros o la Rompida de la Hora. También están representados deportes como el fútbol, baloncesto, fútbol sala, montañismo, taekwondo, ciclismo, kung-fu y, por supuesto, los campeonatos de peñas.

En estos momentos, está preparando una serie de gastronomía local con el típico rollo, el prim de San Antonio, las figues albardaes, la tapa de caracoles, el barral de moscatel, los gingols o la cerveza artesanal Montmirà.

Y así, estar en esa fachada, es todo un orgullo alcorino.