Borriol aprobó este jueves por la noche, en un pleno telemático, su primer presupuesto en cinco años, tras un lustro con prórrogas, al estar aún vigentes las cuentas del 2016. El nuevo proyecto económico, que asciende a 4,5 millones de euros, salió adelante con los ocho votos a favor de los ediles equipo de gobierno (Compromís y Veïns de Borriol), pese al no en bloque de la oposición (con cinco rechazos entre PP, PSOE y Ciudadanos).no

Respecto a la «actualización indispensable de esta herramienta para el buen funcionamiento del Ayuntamiento», que es un «reflejo» del plan de saneamiento, tal como describió el alcalde, Hèctor Ramos, una de las que enumeró sus reticencias fue la portavoz del PP, Chelo Vilarrocha, que criticó, además de la «falta de participación» a la hora de elaborar los presupuestos, la «subida de impuestos» a los vecinos, que ayudarán a incrementar hasta un 33% la partida para personal. «No es un presupuesto solidario ni participativo que repercuta en la población, más bien al contrario», reprochó la líder de los populares, quien echa en falta más ayudas para los sectores más afectados por el covid (critica que no hayan eximido la tasa de ocupación pública a la hostelería, por ejemplo) y recrimina bajadas de las subvenciones para las asociaciones locales o la disminución de las horas en el contrato de limpieza.

Proyecto equilibrado, pero...

También apuntó hacia un incremento de tributos el portavoz del PSOE, Toni Gálvez, quien reprochó especialmente la subida del IBI o la tasa de basuras. «Son unas cuentas bien planteadas, con un buen equilibrio, pero con un aumento terrible de los impuestos fruto de la mala gestión de Compromís durante los últimos años, que va principalmente para gastos de personal y a subir el sueldo a los funcionarios», dijo el socialista.

Javier Ramos, de Ciudadanos, alegó que el nuevo presupuesto es «un mero trámite para que el bipartito pueda justificar su pacto» y denunció que «la subida de impuestos no se destina a mejorar ningún servicio para los vecinos».

«Hubiera sido más fácil pedir préstamos, como ya pasó hace unos años (en referencia al PP) y decir que el último que venga que cierre la puerta, pero nosotros no somos así», se justificó el alcalde ante las críticas de la oposición.