La culminación de las obras de restauración de la fachada norte en la iglesia de San Juan Bautista de Artana deberá esperar un poco más. Como confirmaron ayer desde el obispado de la diócesis de Segorbe-Castellón, al paralizar este proyecto, el verano pasado, se abordaron otras actuaciones a las que se ha dado prioridad, por lo que no solo deberán encontrar un hueco en su planificación, sino que además, antes de decidir, se hace necesario estudiar toda la información aportada al respecto.

Quienes no han acogido con agrado la resolución de la Conselleria de Cultura han sido los vecinos que se movilizaron para paralizar la intervención prevista. Josep Herrero, historiador vinculado a la asociación Amics d‘Artana, afirmó que «se han lavado las manos», sin dar el peso que deberían, desde su punto de vista, a los informes redactados, que abogan por visibilizar los vestigios que han visto la luz tras retirar el anterior revestimiento del muro.

«Conciliación y humildad»

El presidente de la mencionada entidad vecinal, Nelo Vilar, incidió en que, después de este tiempo, «todo queda en manos de la voluntad del obispado», por lo que apeló a la «humildad» que supondría reconocer que puede llegarse a un entendimiento con los vecinos, porque el objetivo final es el mismo, preservar el patrimonio local.

Vilar remarcó que «tres informes de expertos nos han dado la razón», a pesar de que las conclusiones de la UJI no han trascendido. A su modo de ver, «los políticos deberían haber hecho política y no ha sido así, se han limitado a escudarse tras los técnicos».

Más allá de cuestionar la visión de los profesionales de la dirección general de Patrimonio, señaló que «una opinión técnica no es absoluta, se enseña en todas las facultades, y en casos como este solo hacen falta ganas de negociar», algo que no ha existido, según han lamentado desde el primer día.

Llegados a este punto, los ciudadanos contrarios a la reforma son conscientes de que si el obispado decidiera ignorar los estudios, «creemos que legalmente hemos agotado todas las vías posibles», aunque tienen la satisfacción de saber que han conseguido un resultado, «que no se había conseguido antes, que sepamos», al obligar a Cultura a encargar varios análisis independientes para considerar una resolución.

Los informes del Consell Valencià de Cultura y la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos son públicos y de reputada solvencia. Los vecinos quieren confiar en que se atenderá a su criterio y que invitarán a buscar un consenso.