La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, Sareb, conocida como banco malo, ha ganado la subasta del inmueble de la antigua Fábrica Sanchis de l’Alcora, que el Ayuntamiento pretendía adquirir para solucionar los problemas de seguridad que representa para la población y, al mismo tiempo, aprovechar el terreno de 17.000 m² para construir allí una residencia pública de mayores.

El alcalde, Samuel Falomir, explica que lo primero que hizo nada más empezar esta legislatura fue ponerse en contacto con el propietario de las naves, «pero estaba todo en un concurso de acreedores y nadie quería quedarse con el inmueble». Por tanto, lo único que consiguieron fue que taparan todos los huecos para tratar de evitar el acceso al interior.

Vista la situación, desde el gobierno local encargaron un proyecto para eliminar el fibrocemento de la antigua fábrica, pues es lo más urgente y peligroso, sobre todo en los días de viento, plan que asciende a 400.000 euros.

Una vez ultimado el proyecto, el administrador concursal avisó de que la fábrica iba a salir a subasta a través de una entidad especializada que había contratado el juzgado, así que el ejecutivo decidió esperar a que la subastaran para iniciar la orden de ejecución.

BÚSQUEDA DE SUELO / Asimismo, como matiza Falomir, teniendo en cuenta que llevan tiempo «buscando suelo para una residencia para la tercera edad», pensaron que podía ser «una buena oportunidad comprar en la subasta esos terrenos», ya que así solucionaban rápidamente el problema de seguridad de la antigua manufactura y, al mismo tiempo, conseguían espacio «para el geriátrico y otras infraestructuras que la localidad podía necesitar en un futuro».

Por cuestiones administrativas, a través de un acuerdo firmado con el consistorio, decidieron que la Caja Rural participaría en la puja con un importe máximo de 330.000 euros, considerando las deudas del inmueble con el Ayuntamiento, los gastos que supondría eliminar el fibrocemento, así como la demolición de las naves y la urbanización.

La subasta fue aplazada y se llevó a cabo el 8 de enero, ganándola el Sareb por 400.000 euros. Una vez esté escriturado, desde el Ayuntamiento les notificarán la orden de ejecución para eliminar el fibrocemento. «Nos hubiera gustado ganar la venta, pero, al menos, ahora sabemos a quién dirigirnos. No obstante, no tiro la toalla y vamos a seguir manteniendo reuniones para intentar quedarnos con estos terrenos», añade Falomir, quien agradece la colaboración de la Caja Rural.