La Diputación subvencionará con 37.050 euros las obras de reparación de la cúpula que emprenderá el Obispado de Tortosa en la ermita del Socors de Càlig. Así lo ha asegurado este viernes el presidente de la Diputación, José Martí, durante la visita que ha realizado al oratorio junto a la diputada provincial de Cultura, Ruth Sanz, y la alcaldesa de la localidad, Ernestina Borrás.

La aportación de la institución provincial (que sufragará más de la mitad del coste de las tareas) contribuirá a desarrollar una actuación presupuestada con un total de 60.000 euros, con la que se acometerá la restauración de los elementos estructurales de la cúpula y los revestimientos interiores para evitar afectaciones en las pinturas del afamado pintor neoclásico, Joaquin Oliet.

Se trata de una acción que debe llevarse a cabo con la mayor celeridad posible para impedir que la entrada de agua provoque grietas más importantes que las que ya se han registrado y daños irreparables en los frescos. Será necesario realizar tareas de repicado, estabilización y cosido de las grietas, así como repintar las zonas lisas o uniformes para que el ermitorio quede tal como fue concebido en origen.

Es un "paraje emblemático"

El presidente ha mostrado su satisfacción por visitar “un paraje emblemático, que tiene un sentido muy profundo para la gente de Càlig”, destacando que que son unas obras que “se justifican por la singularidad de los elementos a proteger, cuya pérdida resultaría irreparable”.

Además, ha recordado que “somos una Diputación que se implica en la conservación del abundante patrimonio existente en nuestra provincia, del que también forma parte el patrimonio religioso”.

Contribuirá a atraer visitantes y reforzar la economía local

Por su parte, la alcaldesa de Càlig ha señalado que “el apoyo de la Diputación al proyecto supone una muy buena noticia para el pueblo, porque nos permite poner en valor nuestro patrimonio, una circunstancia que desde el punto de vista turístico contribuirá a atraer visitantes y a generar economía en los establecimientos locales”.

Martí también ha visitado la torre de vigilancia de Càlig, que data del siglo XIII y se ubica en la calle Mayor, y el ayuntamiento de la localidad, donde ha firmado en el libro de autoridades.