No tan mal por ahora como sus compañeros de Benicarló, pero no mucho mejor. Es la realidad que sufren los pescadores de Peñíscola y Vinaròs, que, a raíz del SOS lanzado ayer en Mediterráneo por sus homólogos de la ciudad vecina para alertar de que están al borde de la desaparición, también denuncian que el plan europeo de gestión de demersales ha reducido los días que pueden faenar.

"Es imposible mantener el negocio"

«Es un auténtico desastre», califica el presidente de la cofradía de la ciudad amurallada, Miguel Castell. De hecho, ahora solo les permiten salir a pescar 160 días al año, algo que es del todo «insuficiente», además del «arbitrario» y «desigual» reparto de jornadas. «Unas autonomías han salido más perjudicadas que otras y nuestra provincia es de las que peor paradas ha salido, ya que a otras les han concedido 180 o 200 días, por lo que creemos que esa distribución es injusta», recrimina.

Castell también vaticina que las medidas impuestas por Europa hieren de muerte al sector. «De seguir así, las cofradías desaparecerán y, con ellas, el sector. La situación es insostenible y explica por qué se han vendido tantas barcas, porque es imposible mantener el negocio», argumenta.

Asimismo, critica que las compensaciones anunciadas por el Gobierno son residuales. «Nos han dicho que nos darán el 5%, pero eso es lamentable», reprocha.

De la misma forma, Castell constata el «hartazgo» de los armadores. «Cada vez nos ponen más trabas para hacer nuestro trabajo, todo son impedimentos y restricciones; el panorama pinta muy mal porque la gente ya está cansada».

"No sé qué empresa puede aguantar trabajando solo la mitad del año"

En Vinaròs, situación similar. El presidente de la cofradía de pescadores Sant Pere, Mateo Fresquet, avisa que este año tal vez no pierdan tantos días como en Benicarló (allí los cifran ahora en 152) y podrán salir 170 jornadas, pero el año que viene la situación empeorará. «Serán 150 o 155 si siguen con el mismo baremo y con esto va a ser muy difícil llegar a cubrir los gastos. Si siguen recortando, unos caerán primero y otros después, pero al final lo seguro es que todos caeremos. No sé qué empresa puede aguantar trabajando solo la mitad del año. Es como si a una compañía de muebles le dices: te vamos a cerrar 150 días al año, pero puedes trabajar el resto. Es una barbaridad», dice.

Se hacen dos meses de paro biológico al año durante los cuales los marineros van al paro, y ahora se restan más días de actividad. «¿Qué hay que hacer para cubrirlo? ¿Pagarlo de su bolsillo para llegar a los diez meses de trabajo? Es una cadena de circunstancias, no podían haberlo hecho peor. En la provincia de Castellón hemos sido penalizados», indica.

«Nosotros también vamos a recurrir esta ley y a plantear que anulen esta barbaridad, y establezcan como mínimo un reparto lineal. No pueden basarse en un estudio de hace cinco o seis años, el mar cambia y hay que hacer un estudio actual», adelanta Fresquet.

Además, las cofradías están perdiendo dinero: «Hay que mantener la plantilla, arreglar averías, esto que han hecho es un cúmulo de errores».

En Vinaròs hay actualmente una quincena de barcas dedicadas a las artes menores y 7 embarcaciones de arrastre -tras causar baja una este año-, una cifra muy por debajo de la que se registraba hace unas décadas.