La pandemia y las limitaciones que ha impuesto estuvieron presentes, inevitablemente, en la celebración del acto con el que la diócesis de Segorbe-Castellón inaugura su programación oficial de la Semana Santa. Un acto que tuvo lugar en la iglesia del Santo Ángel de la Vall d’Uixó, con las consiguientes restricciones de aforo.

Presidido por el obispo, Casimiro López, el Pregón contó con la asistencia de representantes de cofradías de toda la diócesis, aunque muchos menos de los que habrían participado en condiciones normales. El pregonero escogido para este ocasión de especial relevancia fue Antonio Sanfélix, delegado diocesano de Liturgia y Música Sacra, canónigo maestro de ceremonias de la catedral de Segorbe y párroco de Xilxes y la Llosa.

Aunque su intervención se centró en la liturgia, su especialidad, la alusión a cómo han de vivir los católicos este tiempo, de acuerdo con el reciente decreto del obispo, ocupó parte de su alocución.

En una Semana Santa que perderá, por segundo año consecutivo, su expresión devocional pública en las calles, ante la ausencia de procesiones y actos multitudinarios, Sanfélix recordó lo sucedido en el 2020, cuando tuvo que celebrarse «en los templos cerrados y sin participación de los fieles». Aunque en una situación sanitaria distinta, pero con similares limitaciones, se mantiene la imposibilidad «de realizar nuestras hermosas manifestaciones religiosas en las calles», expuso. El pregonero incidió en que esta «tiene que ser una ocasión para ayudar a redescubrir con fuerza a las comunidades cristianas y especialmente a las cofradías y hermandades, que el centro neurálgico de estos días está en las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual».

ACTO APLAZADO

El covid-19 no deja de marcar el ritmo de la vida social y cambiar los planes previstos en todos los ámbitos, porque el Pregón Diocesano estaba programado, en primera instancia, para el primer sábado de Cuaresma, en el mes de febrero, pero las circunstancias sanitarias, en plena tercera ola, obligaron a posponer la cita, entre otras razones por el cierre perimetral durante los fines de semana de las ciudades de Castelló y Vila-real, lo que limitaba, más si cabe, la participación.

El acto realizado ayer en la Vall d’Uixó supuso la trigésimo primera edición de este pregón.