La empresa i-DE --distribuidora del grupo Iberdrola-- ha adaptado en la provincia de Castellón hasta la fecha 1.150 torres de líneas de alta tensión para «prevenir los incidentes de electrocución y colisión de avifauna», siguiendo «las indicaciones recibidas por la administración», según informaciones facilitadas por la firma eléctrica.

Después de que profesionales y asociaciones conservacionistas advirtieran la semana pasada que la electrocución de aves es un problema «alarmante» en la provincia, por la gran cantidad de animales que mueren por esta causa, desde la compañía dicen que estas acciones se han priorizado, «de acuerdo con las indicaciones» del gobierno autonómico, en parques naturales como los de Serra d’Espadà, Penyagolosa, Serra d’Irta y el Dessert de les Palmes, y otros enclaves de especial interés como la marjal y los estanys de Almenara, los alrededores del aeropuerto de Castellón y el río Millars.

Trabajos con tensión

De estas intervenciones, la empresa resalta su complejidad por varios motivos. El principal es que la instalación de las protecciones se efectúa con tensión, para no dejar sin suministro a los usuarios y hacen falta grúas y equipamientos de protección reforzada, que no es fácil utilizar en todos los enclaves, pues hay apoyos que no tienen buen acceso para toda esta infraestructura, indispensable para garantizar la seguridad a la hora de ejecutar la adaptación.

La instalación de las protecciones se realizan con tensión, para no cortar el suministro eléctrico. MEDITERRÁNEO

La adecuación de las torres, que es donde suelen morir electrocutadas las aves, sobre todo las rapaces, se efectúa «conforme a las prescripciones técnicas derivadas de la normativa en vigor» remarca la empresa. Cada una de estas mejoras consiste en «la sustitución de crucetas, cambio de aisladores o el forrado de cableado en sus tramos próximos a los apoyos, para aumentar la distancia de seguridad ante una posible posada de las aves», especifican. 

La semana pasada, la Conselleria de Medio Ambiente confirmó que en el 2020, se concretó la adaptación de 3.000 puntos de apoyo en todo el territorio autonómico, incidiendo en que solicitan la intervención de las eléctricas «priorizando las actuaciones sobre zonas con presencia de aves rapaces», las víctimas más habituales de la alta tensión.

Sobre este sistema de renovación, las entidades conservacionistas lamentan que se esperen a que se produzca alguna muerte y que se limiten a áreas protegidas, pues las aves tienen movilidad y no es extraño que salgan de estos parajes para buscar alimento, de ahí que soliciten que se amplíen estos ámbitos para garantizar la supervivencia de la fauna.

El colectivo de agentes medioambientales, que convive a diario con esta problemática, ya alertó sobre la situación cuando apareció recientemente el último cadáver de una águila perdicera, una especie que en la provincia de Castellón se encuentra en una situación muy delicada, al haber perdido en apenas una década más de la mitad de su población.