Las dificultades de los jóvenes para acceder a la vivienda se han convertido en un problema que se extiende desde la costa hasta el interior de la provincia.

La emancipación familiar se ha convertido en una quimera para los jóvenes que pretenden comprar una vivienda. La proliferación de pisos turísticos ha encarecido el precio de las casas, a la vez que se ha desplomado la oferta del alquiler convencional.

Como ayer informó Mediterráneo, los vecinos de menor edad de Benicàssim claman por la dificultad de comprar en su municipio ante los precios desorbitados. Algo que encuentra su réplica en Morella, donde la situación es prácticamente idéntica. En este sentido se manifiesta Mario Martí, vecino de esa localidad, de 30 años: «Comprar en el pueblo está imposible, las nuevas promociones tienen precios inasumibles, de manera que por un piso nuevo piden más de 200.000 euros», explica.

Otra opción es rehabilitar un inmueble antiguo, pero el coste también se dispara. «La compra y el derribo ronda los 100.000 euros y después tienes que construir, lo que eleva la inversión a los 300.000», subraya Cristina Meseguer, vecina de 29 años.

Otros jóvenes han logrado la ansiada independencia a través de reformas y acuerdos con familiares. «Después de estudiar mucho el mercado, la única opción que he encontrado ha sido reformar una vivienda familiar porque he podido llegar a un pacto», dice Jordi Querol, de 31 años.

«Si las instituciones quieren luchar contra la despoblación, facilitar que podamos quedarnos a residir aquí debería ser una política prioritaria» señala Martí. Por su parte, Meseguer subraya: «Las ayudas existentes ahora para reformas están muy alejadas de las necesidades de la juventud».

Los hándicaps

Uno de los principales factores que, según denuncian, ha hecho elevar el precio de los inmuebles ha sido el boom de los apartamentos turísticos. En este sentido, como informó este rotativo, la capital de Els Ports ha experimentado un incremento del 181% desde el 2010. Actualmente, según las cifras que maneja Turismo Comunitat Valenciana, Morella tiene registrados 76 pisos turísticos, una cifra que en el 2010 era de tan solo 27.

Un aumento de oferta que comporta una caída en picado del alquiler de larga duración y el aumento progresivo del precio de los arrendamientos. Otro sector población afectado por esta situación son profesores, personal sanitario o policías para sus estancias profesionales.