El Ayuntamiento de la Vilavella ya ha hecho oficial la solicitud de zona catastrófica para su término municipal como consecuencia de la granizada que afectó a varias localidades de la Plana Baixa, el 11 de abril, y que causó pérdidas en la comarca, según apuntaron desde la Unió de Llauradors, de unos 13 millones de euros.

De hecho, en su escrito no se han limitado a solicitar este reconocimiento para la Vilavella, mencionan también «al resto de municipios afectados», pues en mayor o menor grado han sufrido sus consecuencias, que tendrán efectos económicos a largo plazo. Por ello, piden que el Ministerio del Interior reconozca que esta es una «zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil», de manera que se «articulen las medidas que sean necesarias para paliar las pérdidas materiales y económicas».

En el acuerdo municipal se dirigen, a su vez, tanto a la Generalitat como a la Diputación de Castellón para que «se adhieran al acuerdo, solicitando al Gobierno que proceda a efectuar la declaración», al tiempo que les plantean la necesidad de que «aporten los recursos propios necesarios para superar la situación descrita».

Colaboración municipal

La alcaldesa, Carmen Navarro, aseguró ayer que el mismo escrito se ha trasladado a sus homólogos de Nules, Artana, Moncofa y la Vall con el propósito de que lo estudian y lo hagan suyo, de manera que con la fuerza y la colaboración de todos puedan llegar ayudas públicas para minorar las pérdidas que la granizada ocasionará en la próxima temporada.

Todos estos municipios están a la espera de que, como anunció el secretario autonómico de Agricultura la semana pasada, se pueda concretar con las aseguradoras una ampliación de las garantías que permitan cubrir con los seguros los daños demostrados.