Tras la época con orquestas en directo del Sunday en la década de los 60 y 70, l’Alcora llegó a tener cuatro discotecas abiertas al mismo tiempo en dos etapas distintas. La primera fue entre los 80 y 90, en los que la Sibelius reinó durante muchos años con éxito en un local céntrico que en estos momentos es la oficina de Correos. Antes de convertirse en sede de correspondencia postal, esta sala pasó a denominarse Studio 17 y al final Disco Key.
En esta primera época, Sibelius compartió popularidad con Barbarella, situada cerca de la Real Fábrica, que también compaginaba el baile con orquestas; además de la discoteca Río Jardín, en la zona de La Pista; y de Arácnida, que se encontraba en los bajos del restaurante Lago Azul, que está ubicado en el pantano de María Cristina.
‘Boom’ en la zona de naves
Más tarde, a mediados de la década de los 90, irrumpieron los establecimientos de ocio nocturno en la zona de las naves, como son los casos de New Axis y Camelot, emplazadas donde ahora está el gimnasio Més Esport y Rótulos Cubero. Estas dos discotecas compartieron protagonismo con Séptimo Cielo y Zona Modular, en las inmediaciones de lo que actualmente es Talleres Gial y Benages. Séptimo Cielo aguantó mas años y Zona Modular, después de reformarse, pasó a llamarse L’Aplec, que triunfó casi más como sala de conciertos que como discoteca al uso.
Y es que L’Aplec siempre será recordada por acoger, cerca de la llegada del nuevo siglo, actuaciones históricas como las de Barón Rojo (diciembre de 1997) o La Polla Records (en 1998), más allá de traer artistas o humoristas de primer nivel. Un ejemplo es Florentino Fernández, Flo, que entonces era muy conocido en la televisión por su personaje de Lucas Grijander en el mítico programa Esta noche cruzamos el Mississipi, conducido por Pepe Navarro. Pese a apostar por eventos de gran magnitud, L’Aplec también apoyaba mucho a los grupos locales de la época.
Tras estas dos etapas en las que hubieron cuatro discotecas a la vez, al final de los 90 y principios de 2000 solo había una: Disco Helios, que posteriormente sería Belle Epoque y Black & White. No obstante, duraron muy poco y l’Alcora se quedó sin ninguna discoteca. Y así sigue a día de hoy.
En la actualidad, algunos deejays realizan fiestas remember como recuerdo y homenaje a algunos de esos añorados locales por la nostalgia discotequera de la época, en la que hay que destacar que, además de cuatro discotecas, la villa ceramista también compartía ocio con cuatro cines (Avenida, Rex, Astoria, y La Salle), cuando desde hace ya muchos años tampoco tiene ninguno.
10.000 € para quien abra una discoteca
Consciente de lo que suponía entonces para los jóvenes esa oferta tan variada y diversa de ocio nocturno, lo que provocaba que antes del covid muchos salieran fuera del municipio para divertirse, el Ayuntamiento incluyó una partida en los presupuestos del 2020 en la que ofrecía 10.000 euros al empresario que se animara a abrir una discoteca, que debería organizar una sesión light (para menores de edad) al menos una vez al mes.
