Llega a aguas burrianenses el Sea Eye 4, uno de los varios barcos de oenegés que desde 2018 amarran en el puerto para realizar tareas de mantenimiento tras las misiones de rescate de migrantes en el Mediterráneo. Como quien tiene invitados en casa, los voluntarios de la asociación L’Aurora-Suport activan el protocolo de recibimiento para atender las necesidades más inmediatas y cooperar con ellos en su contacto con tierra firme.

Y es que, el mar siempre ha arrancado la fuerza solidaria entre los que se entregan a sus aguas. Pocos saben que en el siglo pasado se creó en Burriana una entidad fundada por trabajadores locales llamada Sociedad de Socorros Mutuos Marineros La Aurora. Ahora, esta asociación toma su nombre en homenaje para continuar con la labor que iniciaron: contribuir, con su esfuerzo, a sostener la labor de estas embarcaciones que rescatan ciudadanos que huyen de sus países arriesgando sus vidas por un futuro mejor.

Lamentablemente, hay mucha desinformación acerca del trabajo que realizan estas organizaciones sin ánimo de lucro y se enfrentan continuamente a la oposición política y de algunos estamentos de la opinión pública. Para tratar de acercar la acción solidaria desde l’Aurora quieren impulsar un aula formativa de Migraciones Forzadas “para que mediante actividades y charlas a los más jóvenes puedan conocer de primera mano las situaciones de riesgo que asumen los hombres y mujeres que cruzan el mar buscando una oportunidad lejos de su casa”.

Impacto económico

La llegada de estos buques ha supuesto de muchos modos todo un revulsivo económico que impacta de lleno en las empresas locales. En primer lugar, nada más llegar, los voluntarios de la asociación coordinan todo tipo de alojamientos para la tripulación y los voluntarios mientras dure su estancia entre misión y misión. Hay que añadir la necesidad de suministros, comida o servicios profesionales que se contratan en la zona gracias al listado de establecimientos que los voluntarios de L’Aurora han elaborado. Explican que “una organización como Sea Watch tiene unos 6 millones de euros al año de presupuesto para hacer frente a todos estos gastos y, sin ir más lejos, hace poco se encargó la reparación de un toldo a una empresa cercana que costó unos 12.000 euros”.

La ayuda que prestan también pasa por abrir las puertas de las instituciones y estrechar lazos con las diferentes administraciones al ser profundos conocedores de la zona. Entre los proyectos que se quieren impulsar es la adecuación de un espacio de almacenamiento de materiales para el conglomerado de oenegés entre misión y misión. Para ello, se está gestionando la posibilidad de reformar el resto de la nave que Generalitat está adecuando con aseos y lavadoras para los usuarios del Puerto y para facilitar la labor de los barcos de rescate.