La opinión del mundo fallero de Burriana es unánime: hay que plantar y quemar los monumentos este año. Tras dos ediciones en blanco y la necesidad de finalizar el ejercicio, la Junta Local Fallera (JLF) y los representantes de las 19 comisiones están a la espera de la decisión que tome la mesa interdepartamental y la Conselleria de Sanitat el próximo lunes sobre cuándo celebrar esta fiesta, con las miras puestas a partir de septiembre, aunque la voluntad del Ayuntamiento es muy clara: quieren que sea en julio para evitar que se solapen con los festejos patronales en honor a la Misericòrdia.

Así lo expresa abiertamente la concejala del ramo y presidenta de la JLF, Sara Molina, quien reconoce que «la preferencia de Burriana sigue siendo celebrarlas en julio», aunque es consciente de que en el encuentro del pasado martes entre la consellera Ana Barceló y los colectivos josefinos consideraron septiembre como mes idóneo.

Tras el dictamen que salga del encuentro del próximo lunes, la edila anuncia que convocarán «la semana que viene» una reunión con todos los presidentes de las comisiones burrianenses para tratar la celebración de las Cruces de Mayo y fijar una fecha para las Fallas, «una vez tengamos todos los datos en la mano».

El otro municipio con Fallas que está pendiente

En Benicarló, el otro municipio josefino pendiente de conocer la decisión final (la Vall d’Uixó y Almenara ya anunciaron que este año no harán), la noticia de que Sanitat da luz verde a celebrar Fallas en el segundo semestre de este año ha sido acogida con cierta prudencia. «Esperaremos a tener el informe definitivo por parte de Sanitat y entonces decidiremos qué haremos», remarca el presidente de la JLF local, Fede Guimerà, y apunta que la próxima semana ya tomarán algún tipo de determinación en ese sentido.