Cerrojazo de Sanitat a las fiestas tradicionales o populares antes del 1 de septiembre. Una decisión trascendental, que afecta a numerosas celebraciones patronales previstas en julio y agosto en Castellón, que se tomó sin consensuar con los actores principales, como los ayuntamientos, y llegó tras una reunión en València de la comisión de seguimiento con representantes solo de las Fallas.

La medida que anunció la consellera Ana Barceló engloba las citas josefinas y todo tipo de festejos, con el fin de evitar aglomeraciones en las calles y con la previsión de que en esas fechas la pandemia estará más controlada gracias al avance de la vacunación.

No obstante, ahora se abre un debate paradójico, ya que, paralelamente, gracias al control del coronavirus en la Comunitat, comienzan a autorizar festivales y conciertos de música, eventos culturales o corridas de toros y espectáculos de bous al carrer, con aforos controlados, pero con cientos de personas, en recintos acotados al aire libre. Por lo tanto, los municipios tienen la opción de organizar propuestas de este tipo durante el verano, pero no tendrán permiso para enmarcarlas en unas fiestas.

Punto de partida

Barceló remarcó que «el 1 de septiembre es el punto de partida para cualquier tipo de celebración popular o tradicional, aunque la fecha exacta la ha de decidir cada colectivo». Respecto a las iniciativas que autorizarán, siempre que cumplan con las medidas que en ese momento están vigentes y adaptadas a la situación sanitaria, la premisa básica será, según la consellera, «evitar aglomeraciones de todo tipo, tanto del personal de dentro de la fiesta, como de la gente que acude a participar a los actos».

Desde Sanitat hicieron hincapié en que mantienen septiembre como fecha más próxima «porque garantiza un margen de tiempo importante y más posibilidades de controlar la pandemia con el aumento de la vacunación en los próximos dos meses», manifestó Barceló, quien añadió sobre el intervalo de tiempo fijado que «servirá para aumentar la vacunación y llegar mucho más protegidos».

Cara y cruz

Ante esta postura, los pueblos que tenían previsto recuperar sus fiestas en julio y, sobre todo, en agosto, ya que muchas de estas son alrededor de la Asunción (15 de agosto) o Sant Roc (16 de agosto), deberán apostar por el impulso de actividades, que podrían ser multitudinarias como las anteriormente citadas, que no estén bajo el paraguas de unas celebraciones concretas. O, al menos, hasta que Sanitat matice una contradicción que se reproducirá de norte a sur de Castellón.

Entre las localidades afectadas estará l’Alcora, que anunció sus Fiestas del Cristo, del 21 al 29 de agosto, con una duración reducida y con una programación adaptada a la situación epidemiológica, en la que no faltaban los toros en una plaza portátil. Lo mismo ocurre con Nules, que recientemente avanzó su intención de desarrollar sus festejos de San Bartolomé y Sant Roc, en la segunda quincena de agosto. La Pascua Taurina que vivirá Onda, del 31 de julio al 8 de agosto, se escaparía de la medida establecida por Sanitat.

Pero el cierre de una puerta supuso la apertura de otras, ya que a partir de septiembre el calendario festivo tiene marcadas grandes celebraciones: Vila-real con la Mare de Déu de Gràcia, la Misericòrdia de Burriana, las citas por el aniversario de la fundación de Castelló, las patronales de Peñíscola, la Fira d’Onda, las del Roser de Almassora, la Sagrada Familia y el Santísimo de Cristo de la Vall, Santo Tomás en Benicàssim, o las citas de Segorbe, les Alqueries, Benicàssim, la Vilavella, Betxí o Almenara, entre otras. Todas ellas podrán organizar actos que tendrán la etiqueta de fiestas.