Casa Artemio, el único restaurante del poblado de Torre la Sal, también es uno de los afectados por el expediente de Costas. Ahora peligra la continuidad del negocio familiar tras llevar prestando servicio más de 70 años, desde la década de los 50, y haber sobrevivido incluso a la pandemia por el covid-19

Adoración y Artemio abrieron este establecimiento que empezó como una pequeña tienda y haciendo paellas, y poco a poco, con mucho esfuerzo, fue creciendo. Después, en torno al año 1978, cogió el relevo su hijo Artemio Fabregat junto a su mujer Conxín Andreu, que estuvieron al frente del negocio familiar hasta 2017. Ahora, sigue abierto bajo la gerencia de su hija, Dina Fabregat, que sigue con el legado de esta herencia tan especial, que ha pasado ya por tres generaciones y ha sido testigo del paso de todos estos años.

Además de restaurante también tiene un papel importante, dando servicio a todos los usuarios de la playa, teniendo en cuenta que en la zona no hay ningún tipo de servicio al visitante, «ni baños públicos, ni fuentes de agua, y ahora están los móviles pero antes también era el teléfono de todo el barrio y de cuando había alguna emergencia», explica Débora Fabregat, de la familia.

Con el paso de los años, el restaurante se ha ganado una gran fama y reputación y son numerosos los vecinos de la provincia que paran a comer en este lugar, al mismo tiempo que disfrutan paseando o contemplando las pintorescas casas típicas mediterráneas y centenarias que forman este poblado marítimo. También es uno de los sitios preferidos para los turistas extranjeros que pasan los veranos en los cámpings próximos