La suspensión de las Fallas en marzo del 2020 supuso todo un mazazo a una larga lista de sectores económicos que, a lo largo de estos últimos meses, han ido encadenando pérdidas con la incertidumbre de no ver la luz al final del túnel. Ahora, con el anuncio de que se celebrarán la última semana de septiembre o la primera de octubre ---a la espera de que hoy tomen una decisión las 19 comisiones locales-- algunos de los negocios más vinculados a las fiestas josefinas de Burriana respiran ante lo que consideran un balón de oxígeno para la situación que viven en la actualidad.

Actividad todo el año 

Y es que, a pesar de que la semana grande de Fallas es del 14 al 19 de marzo, lo cierto es que genera actividad durante todo el año. En ello incide Manolo Candau, de la floristería Pètals, porque «hay que tener en cuenta que desde el mes de junio las comisiones se ponen en marcha para las presentaciones, exaltaciones y toda una larga lista de actos para los que tenemos encargos». Con un recorte drástico de los eventos, los ingresos han descendido, por lo que considera que otro año en blanco por el covid sería catastrófico para todo el sector. 

El pasado fin de semana ya hubo un tímido despertar de la actividad. La Falla La Vila celebró la exaltación de sus falleras que pudieron volver a vestirse con el tradicional traje regional. Para la indumentarista, Eva García de L’Atelier Valencià esto supone un ligero alivio, pero «si los cargos se repiten, no se hacen trajes nuevos de fallera y solo con arreglos me va a ser muy difícil resistir». 

La pirotécnica Reyes Martí confía en un regreso progresivo. ISABEL CALPE

La pirotécnica local Reyes Martí explica que «sabemos que va a ser algo progresivo, pero este anuncio significa que después de que nos hayan cortado las alas ya empiezan a salir las plumas para volver a volar de nuevo». 

Esta misma tarde, todo el colectivo josefino tomará una determinación para que todo lo malo de este fatídico año sea pasto de las llamas y comenzar a resurgir, por fin, de las cenizas.