Una de las primeras acciones que abordará el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó en cuanto apruebe el plan local de residuos --la semana que viene lo presentarán en un acto público-- , será modificar la ordenanza municipal que regula la gestión de los vertidos, con el propósito de endurecer la parte punitiva «en determinados casos», como los dos que se han identificado esta misma semana, en los que una persona vinculada con una empresa de Castelló tiró gran cantidad de trastos del vaciado de casas en un par de solares.

El concejal de Sostenibilidad, Fernando Daròs, asegura que la intención del equipo de gobierno es que «quien tenga costumbre de hacerlo se lo piense dos veces porque sabe a qué se expone», ya que considera que las actuales sanciones no son proporcionales a la gravedad del perjuicio infligido.

Más vigilancia

El primer paso necesario ya se ha dado y ha ofrecido resultados satisfactorios para el consistorio. Intensificar la presencia policial en las zonas sensibles y recurrir a las cámaras de vigilancia móviles ha permitido llegar hasta el autor de los dos grandes vertidos en Carmaday y la partida Miranda, en la carretera de Xilxes, contra quien se han iniciado dos expedientes sancionadores distintos.

Uno de ellos, sobre el efectuado en el macrovertedero del Carmaday, lo está tramitando el departamento de Urbanismo, al encontrarse en una zona urbana. Su resolución será más ágil, por lo que la sanción le llegará antes. El segundo, al encontrarse en el ámbito rural, le corresponde a la Generalitat y Darós advierte: «Las multas que impone la Generalitat son mucho más importantes, pueden rondar los 30.000 euros».

En el caso del vertido en la partida Miranda, el concejal confirmó que los propietarios de la vivienda de la que proceden los trastos se han comprometido a limpiar el solar afectado, donde llegaron a encontrarse álbumes de fotos familiares, lo que ayudó a la investigación policial a dar con quien los había depositado allí.

En cuanto al otro caso, el expediente abierto obliga a quien lo ha realizado a limpiarlo y a demostrar que ha gestionado los residuos de forma correcta, aunque el problema del lugar donde los tiraron es más grave. El macrovertedero del Carmaday acumula toneladas de basura procedentes de múltiples vaciados de casas o locales, así como de reformas que se hacen al margen de la legalidad. Fernando Darós confirmó que el Seprona ha apercibido a los propietarios para que actúen. 

Gestión fuera de la normativa vigente

La práctica totalidad de estos macrovertidos de voluminosos proceden de actividades que están al margen de la legalidad, de personas que ofrecen vaciados de viviendas o locales o que efectúan reformas de manera económica, pero que no garantizan una gestión adecuada de los desechos para evitar pagar por hacerlo.

El ecoparque solo admite residuos de particulares, dado que las empresas tienen su propio sistema de gestión. Las que actúan de manera correcta acuden a instalaciones reguladas y asumen el coste de las tasas establecidas. Quienes suelen realizar los trabajos en negro, sin pagar impuestos, eluden el cumplimiento de la normativa por partida doble y, muchas veces sin que sus clientes tengan constancia, abandonan lo que no les sirve en el primer solar que encuentran.