Día grande ayer en Figueroles, que como cada lunes de Pentecostés celebró su fiesta en honor al Santísimo Cristo del Calvario. Una celebración restringida en aforo y adaptada a las circunstancias por culpa de la pandemia. No obstante, a pesar de la situación, los figueroleros vivieron con gran solemnidad su devoción al Cristo, que se remonta a finales del siglo XVII y que se apoya en una leyenda de carácter milagroso. 

La jornada comenzó con un volteo general de campanas anunciando la solemnidad del día. A media mañana, tuvo lugar en la iglesia la solemne eucaristía, concelebrada por seis sacerdotes y presidida por el párroco de Figueroles, Juanvi Vaquerizo. La corporación municipal participó en el acto religioso, encabezada por el alcalde, Luis Gregori.

Imagen del traslado del Cristo del Calvario de la iglesia hasta la ermita. Amadeu Porcar

Después, trasladaron al Cristo desde la parroquia hasta la ermita del Calvario. Es la primera vez que la procesión se realiza por la mañana en la localidad y no por la noche, «con la intención de reducir la participación en plena pandemia, sabiendo que en circunstancias normales sería un acto multitudinario». Así lo decidieron los responsables de la iglesia y el Ayuntamiento para restar participación y cumplir las medidas sanitarias. 

Al final de la procesión, entonaron en el recinto de la ermita los gozos y dejaron la imagen expuesta a la contemplación y veneración en la puerta del Calvario.

La celebración continuará este martes en Figueroles con La Dobla del Crist. Además, tendrá lugar la eucaristía en el Calvario, a las 19.30 horas, y a continuación, la procesión de retorno de la imagen a la parroquia, a la que acompañarán los niños que este año han recibido su primera comunión.