La fiesta en Morella durante 49 años tuvo un nombre propio: discoteca Bisgargis. Conocida popularmente como el Bis, es imposible hablar de la historia del último medio siglo de la ciudad amurallada sin citar esta sala. Cuando abrió sus puertas en 1969, supuso una revolución total y un vendaval de aires de libertad en la capital de Els Ports. Fue gracias al sueño hecho realidad de la familia de Hipólito Facundo (Poli) y Antonia Gimeno (Toña), pioneros en impulsar el local, que fue una de las primeras discos de Castellón

Los inicios fueron un antes y un después de primer orden en la noche morellana, en un momento en el que el ocio festivo iba ligado exclusivamente a bailes con orquesta y guateques privados. Con la apertura del Bis se vivieron eventos nunca vistos en la localidad, como noches temáticas y eventos de todo tipo, desde desfiles a citas culturales. 

Una gran familia 

En Navidad, la discoteca era una gran familia. Las veladas de Nochebuena, Nochevieja y Reyes eran muy esperadas. Centenares de brindis, la llegada de Papá Noel o el reparto de roscón permanecen en la retina de centenares de vecinos de la comarca, pero entre sus paredes y sus celebraciones también estuvo mucha gente de todo Castellón. 

Y es que el Bis siempre estuvo a la vanguardia de las nuevas propuestas. Durante los años 80 fueron muy conocidas las jornadas de 24 horas de fiesta sin parar. Un maratón que terminaba con la entrega de un documento conmemorativo que acreditaba la hazaña. Otra propuesta del verano era la fiesta blanca, hoy conocida como ibicenca, en la que los asistentes vestían todo de blanco. 

A lo largo de su periplo fue escenario de múltiples celebraciones locales. De hecho, la vida morellana y la discoteca iban de la mano. La Setmana de la Joventut tenía uno de sus epicentros en este local, donde se vivían actuaciones de música en vivo y otro tipo de propuestas variopintas. 

La discoteca continuó su camino con nuevas gerencias a lo largo de la década de los 90 y 2000, así como diversas reformas, sin perder su papel de referente festivo y musical en el interior. La música dejó de sonar en el 2018, a las puertas de los 50 años de existencia. Sin embargo, en el recuerdo de centenares de morellanos la fiesta continúa en el Bis que, a día de hoy, se ha convertido en un bloque de viviendas.

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Nostalgia a flor de piel con estas fotos de la legendaria discoteca Bisgargis de Morella Javier Ortí

De la decadencia al optimismo 

Morella tuvo otros pubs y discotecas que brillaron. Así, la discoteca del Mesón del Pastor fue también un referente desde el año 1975 y punto de encuentro festivo de morellanos y vecinos de la comarca. Por otro lado, el pub Dadá, situado en una casa señorial del siglo XVI, fue también uno de los locales más peculiares de la provincia, al estar ubicada en un lugar tan único. A finales de los 90 el protagonismo fue para la Memphis Belle, y en los 2000 fue El Pub. Sin olvidar los fenómenos de bares como Xuso o el Qué de Que.  

Paralelamente al cierre del Bis, Morella entró en decadencia de este tipo de negocios y en el 2018 pasó de tener varios a no tener ninguno. Afortunadamente, para la juventud, El Pub, ubicado en el bajo del histórico restaurante Mesón del Pastor, volvió a abrir sus puertas para salvar el ocio nocturno y evitar desplazamientos de los jóvenes a otros lugares. Actualmente, esta sala trabaja en reformas para pronto dar buenas noticias a los que buscan su sede para salir de noche. Una juventud que desea que aparezcan emprendedores y ejemplos como el de Poli y Toña para revivir la fiesta como el Ave Fénix.