El auditorio municipal de Vinaròs acogió ayer el acto de homenaje comarcal a los valencianos deportados y muertos en los campos de concentración nazis, con el que desde la Generalitat pretenden recordar y rendir tributo a los vecinos de la Comunitat que lucharon por la libertad y fueron víctimas de la cautividad nazi durante la segunda guerra mundial.

El tributo contó con la presencia de la consellera de Participación, Transparencia y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, los alcaldes y alcaldesas de las poblaciones de la comarca y familiares de las víctimas homenajeadas.  

La coordinadora de la Fundació Caixa Vinaròs, Nati Romeu, fue la encargada de presentar el evento Construint memòria, en el que también intervinieron el responsable del Centro de Documentación de la Guerra Civil Española, Toni Arnau; y el primer edil de Vinaròs, Guillem Alsina.  

La consellera Pérez destacó en su intervención que «este es un homenaje a las 36 víctimas de la barbarie nazi de la comarca del Baix Maestrat» y es el acto de entrega de reconocimientos más numeroso que han realizado hasta ahora. «Solo Valencia supera en víctimas de campos de exterminio a esta comarca. Un dato que hace más perentorio, si cabe, que nos reunamos aquí porque, como siempre que hablamos de reparación y reivindicación de la memoria, tengo esa incómoda sensación de que llegamos tarde», afirmó.

Homenajean en Vinaròs a víctimas del holocausto

El nombre de todas las víctimas

Después, Pérez leyó el nombre de las víctimas, con mención especial a Agustina Tomás Jurado, prisionera en los campos de de Ravevnsbrück y Waldkirch y liberada en abril de 1945. «Es la primera mujer de quien libramos una tableta de homenaje y la demostración de que el terror totalitario afectó también de lleno a las féminas», dijo. Y añadió que «otras vivieron esta pesadilla en la distancia sin saber de sus hijos, maridos, padres o hermanos, ni siquiera si estaban vivos o muertos».  

Por su parte, Alsina destacó que «es un orgullo acoger este acto de reparación, dignidad y memoria que pone nombre y apellidos a los vecinos que durante años fueron olvidados en la memoria colectiva de nuestra sociedad».