Rosendo Albert, vecino de Torreblanca, se dirigía ayer a su casa de campo ubicada en Benlloc cuando detuvo el coche porque se topó con un águila culebrera de considerables dimensiones tendida en la calzada. El hallazgo se produjo en término municipal de Cabanes y ante el delicado estado en el que se encontró a la rapaz decidió transportarla a su masía para darle los primeros cuidados.
Una vez en su casa de campo dio algo de agua al águila y comprobó que no tenía ninguna herida superficial. Sí estaba, confirma su hijo, Carlos, “como atontada. Mi padre piensa que tocaría un cable de luz porque estaba al lado de donde la encontró y se quedó desorientada”. El siguiente paso de Rosendo fue el de llamar al 112 para informar de la situación. A Benlloch se trasladaron efectivos del Centro de Recuperación de Fauna Forn del Vidre de la Pobla de Benifassà, que transportaron al ave a su recinto para recuperarla y ponerla posteriormente en libertad.
Según confirma Carlos “no es habitual encontrar aves de estas dimensiones por la zona”, y tiene claro que si hubiera estado en buenas condiciones “hubiera sido imposible cogerla, porque con el pico que tiene te arranca una dedo sin que te enteres”. No le falta razón al hijo de Rosendo, el ángel de la guarda de este águila, pues la rapaz especializada en la caza de serpientes y otros reptiles puede medir entre 62 y 70 cm de longitud, pesando casi dos kilos.
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