El Ayuntamiento de Orpesa recomienda a los vecinos no beber agua del grifo debido al "aumento de turbidez de origen mineral" que ha detectado en la red de agua de consumo humano. El consistorio ha informado de los problemas en la calidad del suministro, que procede de la desaladora, a través de un comunicado que han difundido este miércoles por la tarde, en el que avisan que la afección solo atañe a ese elemento, ya que "el resto de los parámetros presentan valores habituales".

Para corregir esta anomalía, explican que los técnicos "están realizando actuaciones" con el objetivo de disminuir el parámetro afectado y restablecer la normalidad del servicio.

Por ello, consciente de que la recuperación "puede demorarse unas horas", desde el Ayuntamiento recomiendan, "de forma preventiva", no utilizar el agua de la red domiciliaria "ni para beber ni para preparar alimentos hasta nuevo aviso".

"No es perjudicial para la salud, pero mientras se reestablece se recomienda no consumir agua de la red municipal"

María Jiménez - Alcaldesa de Orpesa

La alcaldesa, María Jiménez, ha querido tranquilizar a los vecinos y en un post de Facebook ha asegurado que el problema "no es perjudicial para la salud, pero mientras se reestablece se recomienda no consumir agua de la red municipal".

A las 23.00 horas de este miércoles, seis horas y media después de la primera notificación, el Ayuntamiento publicó un nuevo comunicado por redes sociales para actualizar la incidencia en el que confirma que el problema aún persiste y que "continúan los trabajos" para "recuperar los valores normales".

Otros casos recientes

Otros municipios de la provincia se han visto afectados también durante los últimos meses por problemas en la calidad del suministro del agua. Uno de los episodios más sonados fue el registrado en Borriol, donde los vecinos estuvieron dos semanas sin poder gastar agua del grifo.

La incidencia se originó el 22 de enero del 2020 como consecuencia de los efectos provocados por el temporal Gloria, que afectó directamente al depósito del Pou de Marzà. A ello se sumó que el otro pozo local, el del Pou de Quintana, tampoco se encontraba entonces disponible, debido a que estaba inmerso en unas obras. No solucionaron el problema hasta el 4 de febrero.

Aunque, en cuanto a días sin agua potable, la palma se lleva Vilafranca, cuyos habitantes estuvieron ni más ni menos que 57 días sin poder beber del grifo.

La avería comenzó a partir de las obras realizadas en los pozos de les Llargueres I y II que abastecen al municipio. La bajada del nivel del suministro en uno de esos pozos, junto con el movimiento de los sedimentos que hay en su interior, detonaron la turbidez en el líquido. Estuvieron sin agua potable desde el 14 de agosto hasta el 10 de octubre.