La residencia Santa María Rosa Molas de Almassora, uno de los centros de este tipo de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación en España, celebró la semana pasada actividades en conmemoración, el 12 de junio, de la fiesta de la religiosa que da nombre a este servicio sociosanitario para la tercera edad. Una de las más curiosas fue el taller Interconectados en el que, a través de una videollamada, los usuarios de la residencia contactaron con un grupo de alumnos del colegio de la Consolación de Espinardo (Murcia) y en el que ambas partes invitaron a la otra completar algún reto. 

«Un Pasapalabra de Santa María Rosa Molas, adivinanzas, cantos, acertijos... Un encuentro que nos ha sacado una sonrisa tanto a mayores como a jóvenes», según puede leerse en el espacio que el centro de atención tiene en Facebook. «El objetivo es mantener la actividad con los residentes de acuerdo a la normativa sanitaria por el covid», afirma el director del centro, Alejandro Meseguer. 

Exposición y misa

Además, hubo una exposición sobre la vida y obra de la fundadora de la hermandad de la Consolación. Aunque durante toda la semana el menú incluyó algunas cosas excepcionales, el viernes ofrecieron una merienda especial y el párroco Juan Ángel Tapiador ofició una eucaristía en el patio del inmueble residencial. También organizaron, señala Meseguer, actividades para los profesionales. En este sentido, hubo un webinar centrado en ahondar en el acompañamiento y cuidado al estilo de María Rosa Molas, «con su gran carisma». 

Actualmente, explica el responsable del centro, se alojan 52 personas de un máximo de 54 (en condiciones normales, sin pandemia, esta cifra se situaba en 58). Poco a poco, indica Meseguer, intentan recuperar la máxima normalidad posible, pero siempre «con muchas precauciones, distancia social, grupos burbuja...». Además, también con las todas las garantías, se están recuperando las salidas de los mayores con los familiares.