La novena falla de la Vall d’Uixó no lo está teniendo fácil para iniciar su actividad. Después de encontrarse con la oposición de los vecinos de Carbonaire para ubicarse en este barrio, con la alternativa que han buscado no han tenido mejor suerte, porque en la zona del Carmaday tampoco la quieren.

Los 40 abonados de la 9 d’Octubre están sorprendidos por ese rechazo, entre otras cosas porque todavía no ha habido ningún acto festivo, a excepción de las Cruces de Mayo, y quienes se oponen a su instalación ya dan por hecho que van a generar molestias, lamenta la presidenta del colectivo, Montse Naharro.

Desde la asociación de vecinos, que en todo momento han sido consultados y han estado en contacto con los responsables de la comisión, decidieron hacer una encuesta entre los residentes para saber su opinión sobre la posibilidad de que una falla desarrollara su actividad en el barrio. Según su presidente, Wenceslao Jiménez, «de las 165 casas» en las que consultaron, «más de 150 dijeron que no, solo siete se mostraron a favor», concreta.

Mediación municipal

Ante esta oposición, las dos partes se reunieron con las concejalas de Dinamización de los Barrios y de Fallas, Elena Pérez y Maria Cruces, que les expusieron la evidencia desde el punto de vista del consistorio. Hasta ahora, no han pedido permiso para instalar ninguna falla, ni en su momento en Carbonaire ni ahora en Carmaday. En el momento en que suceda, si cumplen con los requisitos que establecen la normativa y los técnicos municipales, el Ayuntamiento no podrá negar la autorización, según explicaron a los afectados.

Carmaday es un barrio residencial situado a las afueras de la ciudad, en los accesos desde València, donde no se celebran de forma habitual festejos populares. 

El espacio escogido es una zona industrial

 La falla 9 d’Octubre no entiende la oposición vecinal, entre otras cosas, porque la ubicación que han escogido está en un polígono industrial, al otro lado de la carretera que delimita el barrio, por lo que a su alrededor no hay viviendas sino empresas.

La presidenta de la falla, Montse Naharro, explica que el mismo lugar en el que plantaron la cruz de mayo sería donde estaría su monumento en el 2022, en uno de los viales del polígono, junto a un solar sin edificar, por lo que en el que caso de que se produjeran molestias, «que no tiene por qué haberlas», no afectarían a ninguna zona habitada.

La nueva comisión, con 40 abonados, asegura que no tienen previsto instalar carpa, y convertirán un bar del polígono industrial en su sede, pues realizarán allí las comidas y cenas.

Por su parte, los vecinos alegan que quieren mantener la tranquilidad que caracteriza a este barrio residencial.