El caso de los padres de Abril, la niña de Nules con leucemia, del que se hizo eco Mediterráneo contribuyendo de esta manera a hacerlo viral en cuestión de pocos días, está siendo determinante, según aseguran los sindicatos profesionales, a la hora de hacer visible su petición a la Conselleria de Educación.

La meta es que reconozca el derecho de los docentes de acogerse a una reducción de jornada del 99% para cuidar a sus hijos con cáncer, algo que solo se autoriza en la actualidad con menores en situación terminal o en paliativos. Su última acción ha sido aprobar una resolución en la junta de personal del área para cambiar el decreto autonómico que regula permisos y licencias.

Maestros y profesores de los centros públicos de la Comunitat, como denunciaron a través de este periódico Rosa y Jorge, son los únicos funcionarios que deben someterse a un baremo que determina cuánto tiempo pueden dedicarle a sus hijos enfermos. Y esto es así porque, como confirman los sindicatos, hasta el momento, a pesar de las permanentes peticiones, no ha existido «voluntad política» para iniciar la negociación que cambie esta circunstancia.

Posturas sindicales

El presidente de ANPE en Castellón, David Beltrán, que «estos casos vienen denunciándose desde hace años, pero sigue sin haber cambios». Opina que la única explicación son las razones económicas, porque no se entiende que haya otros fundamentos a la hora de discriminar a los docentes del resto de trabajadores públicos.

Desde STEPV, Núria López, remarca que «no hay que suplicar por un derecho». Los últimos años, pese a la insistencia sindical, el único avance significativo es el que reconoció la reducción del 99% para los enfermos terminales, «porque hasta entonces tampoco se autorizaban», y llegaba a darse el caso de que «unos padres tenían que ir a trabajar cuatro horas al colegio mientras su hijo estaba muriéndose», lamenta.

Rafa Martínez, responsable de Enseñanza Pública de CCOO, asegura que en la última mesa sectorial ya solicitaron la negociación del decreto, pero hasta que esta tramitación se haga efectiva, piden una «resolución transitoria que pueda amparar a quien la necesite». De momento, la única respuesta tiene relación con el estudio del caso concreto de Abril, cuando lo que solicitan es una «solución estable para el colectivo».

Todos coinciden en que el caso de Rosa, Jorge y Abril está siendo de «gran ayuda», porque ha dado fuerza a una reivindicación que, pese a su insistencia, alcanza pocos avances. Martínez afirma que «ojalá gracias a ellos, a la presión mediática y al trabajo de los sindicatos consigamos iniciar el camino para cambiar las cosas».