Una decena de sociedades de cazadores del interior de Castellón se han unido para reclamar medidas efectivas en la lucha contra el avance de la sarna en la cabaña de cabra hispánica en la zona. Piden a la Conselleria de Medio Ambiente que pare los procesos de privatización de los cotos de caza por ser perjudiciales para el control de la enfermedad. 

Los cazadores locales han analizado el comportamiento de las empresas privadas que gestionan cotos de cazas y señalan que su objetivo «es la maximización de beneficios y no el cuidado del entorno». En la misiva que han remitido a la consellera Mireia Mollà, bajo el título ¡No a la privatización de la caza en nuestro territorio! --a la que ha tenido acceso Mediterráneo--, solicitan «una moratoria en los permisos para segregar parcelas de los cotos tradicionales y evitar así su explotación por parte de empresas privadas». 

En esa línea, los cazadores argumentan que «si la sarna provoca la desaparición de los ejemplares más codiciados, las empresas privadas perderán su interés por invertir en la zona y ello conllevará el abandono del terreno que controlan con el consiguiente perjuicio para el medio ambiente». 

Los cazadores piden más medidas para combatir la sarna en las cabras. Javier Ortí

En el escrito dirigido a Conselleria están representados 2.000 cazadores que integran las cuadrillas de 10 municipios, principalmente de l’Alt Maestrat y Els Ports. Entre los firmantes figuran las sociedades cinegéticas de Benassal, Vilar de Canes, Ares, Tírig, Benafigos, Vilafranca, Catí, Albocàsser, Castellfort y Atzeneta. «La sarna acabará con la cabra hispánica, la pieza más codiciada por estas empresas, que abandonarán la zona cuando deje de ser atractiva para sus clientes», esgrimen. Otro aspecto que destacan desde el sector es la pérdida de control de esa zona: «La creación de estos cotos privados significa una ruptura con el legado histórico que representamos los cazadores del territorio». 

Contra la especulación

Apego por el territorio contra especulación económica. Esta es la dicotomía que plantean las sociedades de cazadores locales. «Nosotros estamos vinculados a estas montañas, no solo cazamos cabras, vamos por afición y seguiremos vinculados al territorio porque vivimos aquí», aseguran. Así, los vecinos del norte provincial señalan que la privatización de los cotos favorece la ruptura de la cohesión entre las sociedades de cazadores tradicionales y el cuidado del entorno. «Estos procesos de privatización acaban con la cohesión y el trabajo coordinado de limpieza y adecuación del entorno, con el grave riesgo de que surjan incendios», ejemplifican. 

Con todo, el avance de la sarna en la cabaña de cabra hispánica que ya se ha cobrado al 50% de los ejemplares en Els Ports, la falta de medidas para luchar contra la enfermedad y los procesos de privatización de los cotos de caza convergen en un cóctel que puede ser explosivo para el futuro de la fauna salvaje y la actividad cinegética en el interior de la provincia.