En ningún programa electoral conocido puede encontrarse un plan de acción para combatir una pandemia, pero la crisis sanitaria mundial provocada por el covid-19 ha centrado la acción de gobierno del último año y medio en todos los ámbitos, obligando a cambiar objetivos y replantear prioridades. Para quien en el 2015 fuera la alcaldesa más joven de España, cuando cumple seis años al frente del gobierno de la Vall d’Uixó, esta circunstancia «ha reafirmado mi visión de la gestión pública, la de poner a las personas en el centro de la política».

A la hora de hacer balance, en el ecuador de su segunda legislatura, Tania Baños recuerda el punto de partida. La ciudadanía y un pacto de gobierno con Esquerra Unida y Compromís, pusieron en sus manos la responsabilidad de dirigir la recuperación «de la ciudad más vulnerable de España, según el CSIC», un reto mayúsculo del que asegura fue consciente desde el primer momento. De hecho, afirma que «la necesidad de cambiar esa realidad fue lo que me impulsó a dar el paso».

«Al entrar en el Ayuntamiento en el 2015 la deuda municipal era de 26 millones de euros. El 2021 lo cerraremos debiendo solo 10 millones»

Tania Baños - Alcaldesa de la Vall d'Uixó

Una legislatura y media después, la situación económica municipal es delicada, Baños ni lo disfraza ni lo matiza. Los hechos son los que son. En el último pleno el equipo de gobierno se vio obligado a presentar y aprobar un plan de ajuste, lo que supone que hay que asumir renuncias, cuando parece que la acción política se fundamente casi en exclusiva en las acciones, cuanto más visibles mejor. Su argumento justificativo viene de la mano de los datos. «Al entrar en el Ayuntamiento en el 2015 la deuda municipal era de 26 millones de euros. El 2021 lo cerraremos debiendo solo 10 millones», resume. Un descenso que, como reivindica, se ha logrado «no a costa de subir los impuestos, más bien al contrario, porque se han reducido una media de 45 euros por habitante en estos seis años». 

Más gastos con menos ingresos

Desde un punto de partida negativo, en el que la Vall debía 908 euros por habitante --la previsión es que esa cifra se reduzca a 312 euros al finalizar este año--, los esfuerzos de reparación se encontraron en el 2020 con el freno de la pandemia. «Solo en el Hogar Sagrada Familia hemos invertido 500.000 euros adicionales a los que ya destinamos cada año», recuerda. Por si fuera poco, las restricciones por seguridad sanitaria han supuesto una ostensible disminución de ingresos «con el cierre de les Coves de Sant Josep y la reducción de aforos, que también ha afectado a otras instalaciones como la piscina municipal».

«Seis años después hemos empezado la transformación de la Vall, pese a todas las dificultades»

Tania Baños - Alcaldesa de la Vall d'Uixó

Su mirada está centrada ahora en encajar las piezas de un puzzle que creía organizado hasta marzo del 2020. Desde entonces, asume que debe hacer compatible seguir reparando los rotos heredados y los generados por la crisis del covid sin paralizar el avance de la ciudad. Para Baños, lo conseguido hasta ahora es bueno y lo resume en un logro principal: «Seis años después hemos empezado la transformación de la Vall, pese a todas las dificultades».

Bajo la lupa y la crítica de la oposición a su gestión, remarca que «para no hacer nada o hacer más de lo mismo, no me habría presentado a las elecciones». Asimila que cualquier cambio genera, a priori, rechazo, pero «el tiempo nos ha dado la razón con las peatonalizaciones de las plazas de la Asunción y del Centro, la misma línea que sigue la reforma del vial Xacó, a punto de finalizar».

Las urnas en el 2019 no solo revalidaron su mandato, sino que ofrecieron al PSOE más votos que nunca. Aunque necesitó reeditar el pacto para gobernar, ese es uno de sus éxitos políticos más visibles, como formar parte del nuevo gobierno socialista de la Diputación de Castellón. «Algunos hicieron campaña diciendo que tenía un plan B y que me iría, pero nunca lo he tenido y la mejor muestra es que sigo aquí». Cree que «era importante tener representación vallera», lo que se ha traducido, según destaca, en que ahora la Vall «recibe el doble de dinero del Plan 135» y se beneficia de otras colaboraciones, como la remodelación del Paratge de Sant Josep.

Objetivos

A dos años vista del fin del mandato, tiene claros sus objetivos. «Tras una primera legislatura de arreglar empastres y sentar las bases de la ciudad que queríamos, el reto ahora es el desarrollo industrial». A la situación actual «llegamos por la inoperancia y parálisis de los anteriores gobiernos del PP, que en ocho años fueron incapaces de mover un dedo por mejorar las expectativas de la Vall». Su propósito, pese al lastre de la pandemia, es «no volver a dejar pasar ningún tren más».