La ocupación en establecimientos turísticos de Vinaròs igualó el pasado mes de junio a los datos del 2019, previos a la pandemia del coronavirus. Así lo asegura el primer teniente de alcalde y concejal de Promoción de la Ciudad e Interés Turístico, Marc Albella.

En concreto, la media de pernoctaciones de visitantes llegó al 73%, «una cifra igual a la registrada hace dos años, antes de la irrupción de la crisis sanitaria», explica Albella, quien destaca que estas «son unas cifras bastante positivas, que muestran la recuperación progresiva del sector».

Por tipos de establecimientos, los hoteleros, con un total de 768 plazas, alcanzaron una ocupación del 79%; mientras que los cámpings, con 790, llegó al 70%; y en los apartamentos turísticos (4.089 plazas) fue del 71%.

Se trata de unos datos que inspiran, más si cabe, las acciones lúdicas y culturales que el propio concejal Albella anunció y que incluyen cine bajo las estrellas, actividades deportivas o visitas guiadas tomando como referentes el patrimonio natural, histórico y gastronómico local.

«Hablamos de una programación que complementa la amplia oferta turística de la localidad, con una gran variedad de citas pensadas para el público en general», señaló el edil, quien destacó que uno de los grandes atractivos son las visitas lúdicas, históricas y multisensoriales nocturnas.

La oferta hasta septiembre

Una de las novedades será la celebración del Olé Vinaròs Festival, el 19 de agosto, que incluirá una exposición fotográfica sobre el flamenco, música, talleres de baile, un concierto de Efraín y Fabián y un espectáculo a cargo de la bailaora Belén López.

Por su parte, las visitas guiadas se ofrecen en julio, agosto y septiembre, con rutas para conocer la tradición pescadora de Vinaròs, para rememorar la historia local o para contemplar las estrellas en una cala, escuchando leyendas de los pueblos del Mediterráneo. También se recupera la iniciativa Oliveres i estels, un recorrido en torno a estos árboles milenarios.

La programación estival se completa con rutas gastronómicas con itinerarios por el yacimiento ibero y la ermita que acabarán con un vermut, en busca de las preciadas trufas o con experiencias para descubrir el vino. También habrá cubbá, yoga, cine, conciertos y el festival de cortos.