Pese a su desaparición repentina, los tradicionales tañidos de las campanas de la sede social de CaixAlmassora para marcar el cambio de hora, una tradición implantada hace casi un siglo, parece que aún no tienen sus días contados y volverán a servir de guía sonora para cientos de residentes. Es lo que se desprende del mensaje que da la entidad después de la noticia publicada este domingo por Mediterráneo, que recogía el malestar y la preocupación de los vecinos al ver de un día para otro cómo, sin mayor motivo aparente, habían dejado de sonar los avisos horarios completos, y las populares repetidas brillaban por su ausencia.

Desde el seno de la sucursal aseguran que desconocían por completo esta anomalía en los tañidos y admiten que se han enterado de este fallo en las campanadas a través de este diario. «Nadie nos había dicho nada hasta ahora, no teníamos ni idea de que había habido algún cambio», comenta su directora general, Marian Llop.

Extrañada por esta disfunción a la hora de sonar las campanas, la responsable de CaixAlmassora deja claro que la entidad no ha dado ninguna orden o instrucción para modificar la programación de los tañidos, por lo que asegura que se pondrán en contacto con la compañía que se encarga de su mantenimiento para encontrar el origen y una solución al problema que denuncian los vecinos. «Avisaremos a la empresa para comunicarles la incidencia y preguntarles a qué se debe y cómo lo podemos solucionar», confiesa Llop.

Misma que la de la iglesia

La directora añade que los técnicos de la compañía solían venir antes de la pandemia «todos los meses» para revisar los mecanismos y, así, aprovechar el viaje y echar un ojo también al campanario de la iglesia, puesto que la firma, Relojes & Campanas Monumentales (con sede en Nàquera, Valencia) también es la que se encarga a la vez del cuidado de esas instalaciones de la parroquia de la Natividad.

Desde CaixAlmassora puntualizan que la única modificación que pidieron a la empresa, al recibir quejas de los vecinos de la zona por las molestias nocturnas que les ocasionaban los tañidos, es suprimir las campanadas durante las horas de madrugada, pero de ese cambio indica Llop que «hace más de seis meses».

Sea como fuere, lo cierto es que la ausencia desde hace ya unas semanas de los avisos horarios completos en los toques de campana de la sede social, situada en la esquina entre las calles Trinidad y Santa Quitèria, ha provocado un cierto runrún entre los vecinos, ya que, para muchos, los estruendosos tañidos seguían rigiendo y marcando los quehaceres más básicos de su vida cotidiana, como ir al ayuntamiento, a los bancos o a comprar a los comercios.