Los toros volvieron a la centenaria plaza de toros de Morella tras un año de obligado parón por la pandemia. Con un aforo reducido por las restricciones, el público respondió y la organización colgó el cartel de no hay billetes.
Recortadores y toros se batieron en una tarde para el recuerdo del toreo al cuerpo limpio. Sin embargo, un acto de amor marcó la soleada tarde en el coso morellano. En las postrimerías del concurso, Jesús Alcorcón, conocido recortador de Onda, clavó las rodillas al suelo y no para citar al animal, si no para sorprender a su pareja con una emotiva pedida de mano. Con el castillo de Morella de fondo y una grada completamente entregada, Alcorcón propuso matrimonio para asombro mayúsculo de su novia. Un momento emocionante que arrancó las lágrimas de la prometida y que se trasladó al graderío cuando ambos se fundieron en un apasionado beso.
Los recortes
En el terreno de lo taurino, los nobles novillos de la ganadería de Sergio Centelles, ofrecieron una jornada de ensueño para los amantes de los festejos populares. El ganador del concurso fue José Félix Urbina, de Vinaròs, que con quiebros de rodillas y espectaculares saltos se ganó el favor del respetable y convenció al jurado. El segundo lugar fue para Ferrán Dellà, de Traiguera, que recorto con torería plegándose sobre los lomos del animal. El tercer puesto fue para Marc Badal, de Benassal, que aguantó con clase la envestidas para finalmente quebrar al morlaco. Cerraron la final Miki Vivas y Javi Vallés con quiebros y recortes de mucha calidad.
Por la noche fue el turno para las cuadrillas de emboladores. Con el castillo de Morella iluminado el graderío se volvió a llenar para ver la pericia y la rapidez con la que conseguían embolar a los astados. Los grupos participantes fueron, Emboladores el Diable de Todolella, emboladores de Catí, Alto Maestrazgo de Cantavieja, emboladores de Alcalà y la cuadrilla local, Passió pel Bou, que se llevó el concurso con una rápida embolada que apenas superó los 16 segundos.
