Las dimensiones, tanto de superficie como de valor, de los restos hallados en el yacimiento de Sant Gregori son de gran relevancia, aunque desde el servicio arqueológico municipal de Burriana apuntan a que el proyecto de rehabilitación de la villa se centrará en la parte más cercana a la costa por ser la que se encuentra en mejor estado de conservación y tener más interés para visitantes, residentes y turistas. 

Esa es una de las explicaciones que dio el arqueólogo municipal, José Manuel Melchor, durante una entrevista para La Panderola, el magacín estrella de Medi TV, en la que avanzó que el proyecto de puesta en valor, aun sin esbozar a falta de concluir los trabajos en la zona, no interferirá en el desarrollo del futuro Golf Sant Gregori. Asimismo, hizo hincapié en que, de momento, ya se ha eliminado la parte de un vial que cortaba por la mitad el asentamiento «para que toda la villa sea continua y no haya ningún peligro de pérdida».

El arqueólogo explicó a la directora del programa, Loles García, que «prácticamente ya está delimitado el perímetro del yacimiento y cuando finalice la excavación» dentro de unos meses comenzarán «a elaborar, en coordinación con la promotora, Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento, la propuesta para dejar visibles los restos». Hay que destacar que la villa romana de Burriana es la cuarta registrada en toda la Comunitat Valenciana y la primera en importancia debido a su gran superficie, que se extiende hasta la altura del camí Marjalet.

Una villa de lujo

Los primeros indicios apuntan a que estas dependencias eran consideradas de lujo con materiales importados como mármol, pintura mural, cerámica o vidrio. Y estaba habitada por una familia, posiblemente originaria de Italia, que ostentaría una posición envidiable, puesto que el emperador romano era quien autorizaba un asentamiento en primera línea de playa y concedía el permiso para extraer grava y arena destinada al comercio. 

Además, según las estancias descubiertas, había una entrada principal con grandes columnas o incluso un complejo termal con saunas y balsas para el baño. Los moradores vivían acompañados por siervos, esclavos, trabajadores y animales hasta conformar este pequeño poblado cuyos primeros indicios se hallaron en 1978.