El mes de agosto en la provincia de Castellón ha sido especialmente preocupante por lo que respecta a la detección de aves que han muerto como consecuencia de la electrocución al posarse en torres eléctricas. Según las fuentes consultadas, que haya quedado constancia, se han encontrado los cadáveres de unas 9 cigüeñas, un águila perdicera y los restos óseos de hasta cuatro búhos reales, "sin hacer una búsqueda específica", lo que pone de manifiesto, una vez más, el "drama desde el punto de visto medioambiental" que supone el impacto de estas infraestructuras sin las debidas protecciones en la fauna protegida.

El hallazgo más reciente se produjo al pie de uno de estos apoyos eléctricos ubicado entre los términos municipales de la Vall d’Uixó y Moncofa. En una inspección rutinaria de la zona, agentes medioambientales localizaron los huesos de varias aves. Tras un estudio detallado, pudieron identificar los restos de hasta cuatro búhos reales, una rapaz incluida en el listado autonómico de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, como prioritaria.

Medidas que llegan tarde

Como detallaron desde la agrupación de agentes medioambientales a través de sus redes sociales, cumplieron con el protocolo habitual de notificar el hallazgo para que los responsables tomen medidas, aunque son numerosos los expertos que lamentan que aunque se está actuando en la instalación de protecciones de las torres, la tragedia tiene una envergadura que reclama una mayor celeridad.

Las cigüeñas --las nueve identificadas estaban en la zona de Els Ports--, también forman parte del mismo listado de protección autonómico. En cuanto al águila perdicera, el último cadáver electrocutado también fue hallado junto a un apoyo en término de la Vall.  

En zonas sin arbolado las rapaces se posan en las torres para cazar

Las intervenciones a la hora de instalar protecciones en los apoyos eléctricos se centran principalmente en zonas como los parques naturales --así lo contempla la normativa--, pero los expertos aseguran que es una medida «claramente insuficiente», pues las rapaces buscan alimento más allá de esos límites, de ahí la alta mortandad en zonas sin que no tiene protección.

Según explican los expertos consultados, en zonas rústicas con vegetación pero poco arbolado las rapaces encuentran muchos animales para alimentarse y ante la ausencia de alternativa natural, se posan sobre las torres, donde acaban muriendo.

Aunque la incidencia sobre cualquier especie protegida resulta preocupante, desde Seo Bird Life denuncian que la población de águila perdicera está gravemente amenaza, pese a que la Generalitat considera su situación solo como vulnerable. Afirman que la gran mayoría mueren por electrocución.