Transcurrida una semana desde el derrumbe de un edificio de apartamentos en la urbanización Font Nova de Peñíscola se sigue trabajando para conocer el estado en el que se encuentra la parte del bloque que quedó en pie, así como la investigación de las causas. El director general de Calidad, Rehabilitación y Eficiencia Energética de la Generalitat, Alberto Rubio, indicó que una de las primeras acciones a realizar será una primera fase de derribos controlados en este espacio.

"Ya está determinado que hay elementos que deberán ser destruidos de forma controlada, como una parte de servicios comunes, cajas de escaleras y galerías de acceso afectadas". La motivación radica en el mal estado que presentan por su proximidad con los 18 pisos colapsados de los 55 de los que consta este edificio.

Rubio añadió que las actuaciones a desarrollar en las próximas semanas "quedan también condicionadas por los ritmos judiciales", ya que al haber dos víctimas mortales se tiene que analizar el suceso en los tribunales, y labores como el desescombro de restos tiene que hacerse con cuidado para que se conozcan con claridad las razones del siniestro.

Evaluación estructuras

Mientras tanto, "desde el lunes técnicos de la Conselleria de Vivienda y técnicos municipales trabajan para identificar el estado en el que se encuentran las estructuras, y establecer lo que tenga que ser derribado", añadió.

La labor de inspección analizará el estado en el que se encuentran los sótanos, y requerirá de la entrada en los apartamentos para estudiar el interior. «Algo que requerirá de permisos y de poder conseguir las llaves», comentó.

En cuanto a las tareas de desescombro, será un proceso "ordenado", ya que de esa operación dependerá conocer con detalle las causas de la catástrofe ocurrida en esta urbanización ubicada en la parte sur de Peñíscola.