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ALERTA MEDIOAMBIENTAL

Preocupación por la aparición de una especie invasora de caracol gigante en Castellón

La detección se ha producido en la localidad de Puebla de Arenoso, donde notificaron el hallazgo de inmediato a los agentes medioambientales, que identificaron al ejemplar de caracol turco ('Helix Lucorum')

El ejemplar de caracol turco hallado en Puebla de Arenoso mide unos seis centímetros de largo y unos cinco de alto.

Las alarmas se han activado en Castellón tras identificar la presencia en una zona forestal del interior, en el término de Puebla de Arenoso, un ejemplar de una especie foránea de caracol, en concreto un helix lucorum, un caracol turco de grandes dimensiones --puede alcanzar los siete centímetros de largo y una altura máxima de 5 centímetros-- procedente de Europa oriental y Asia menor, y que está catalogado como especie invasora en varios países europeos por la amenaza que supone para la fauna y la flora autóctonas.

En el caso de España no existe todavía esta catalogación oficial, a pesar de que se ha detectado su presencia hace una década en diferentes puntos de Cataluña y Valencia, notificándose hallazgos posteriormente en Navarra, Teruel e incluso Burgos, según confirman expertos consultados.

Como han notificado agentes medioambientales a través de sus redes sociales, la sospecha respecto de su repentina aparición en Puebla de Arenoso es que alguien lo haya liberado en el monte y la preocupación estriba en su proceso de reproducción. Aunque por el momento no se han visto más ejemplares, según explica el biólogo de Nules, Ximo Albesa, «si se ha encontrado uno lo normal es que haya más, porque viven en población» y ahí es donde empieza a generarse el problema medioambiental. En ese sentido señala que cualquier animal introducido en un ecosistema que no es el propio «potencialmente ya supone una amenaza, porque pueden competir con las especies autóctonas».

«Las especies alóctonas suelen tener un comportamiento agresivo con la autóctona para tratar de desplazarla, y pueden ser portadoras de enfermedades»

Ximo Albesa - Biólogo

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Para comprender la envergadura de este tipo de riesgos hay que tener en cuenta, según Albesa, que «los ecosistemas se caracterizan por la complejidad de las relaciones que se dan entre los seres vivos que los habitan y, a priori, no se sabe si una especie alóctona consumirá los recursos de la local». También puede suceder que la invasora «tenga un comportamiento agresivo con la autóctona e intente desplazarla». Por poner un ejemplo, solo hay que fijarse en lo que sucede con la tortuga de California en buena parte de los humedales de la provincia, donde han llegado a poner en grave riesgo la población de tortugas mediterráneas propias de estas latitudes.

A todas estas circunstancias hay que añadir un peligro más, no menos preocupante, porque «pueden introducir enfermedades nuevas que afecten a la autóctona».

Usos gastronómicos

A la pregunta de cómo un caracol turco ha llegado a la Península Ibérica, los expertos inciden en que en la actualidad es muy habitual la compraventa de animales exóticos para acuarios, terrarios o incluso la alimentación. De hecho, esta especie en concreto es muy apreciada en gastronomía, pues es comestible. Los caracoles pueden escaparse de los terrarios, o «el propietario se cansa de tenerlos y los suelta en el medionatural sin pensar en las consecuencias», señalan.

Fue el Ayuntamiento de Puebla de Arenoso quien notificó a los agentes medioambientales el hallazgo del especimen, conscientes de que no era un caracol común y que cualquier animal exótico puede suponer una amenaza para el medionatural.

Puede ser un delito

Los agentes medioambientales, como consecuencia de la identificación, recuerdan que «la introducción de fauna exótica puede constituir un delito contra la fauna si llegase a perjudicar el equilibrio biológico». A su vez, recuerdan que «la recolección de caracoles silvestres está regulada», de manera que solo está permitido un kilo de caracol común por persona al día y 300 gramos de las popularmente conocidas como vaquetes o serrana.

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