El Ayuntamiento de la Vall d’Uixó ultima estos días el proceso de licitación para adjudicar las obras de reforma del juzgado de paz, un servicio dependiente de la Conselleria de Justicia que en la actualidad está desplazado en otro edificio municipal, a la espera de la contratación de una intervención que llevaba años demandándose.

Las bases que regularán este procedimiento plantean que la prioridad principal es distribuir los espacios de manera que la atención al público se ubique en la planta baja, garantizando así la accesibilidad, uno de los inconvenientes de la disposición actual.

La previsión municipal es que las obras estén finalizadas, a partir de su inicio, en un plazo máximo de cuatro meses. La semana pasada se produjo un avance significativo, el de presentación de las ofertas de las empresas.

El proyecto incluye la reparación de la cubierta «para eliminar las humedades, que era uno de los mayores problemas», explican desde el Ayuntamiento. Además, sustituirán la instalación eléctrica, así como la carpintería y los saneamientos. El presupuesto de partida supera los 61.300 euros, aunque puede variar a la baja, según las propuestas en estudio.

La historia de la reforma del juzgado de paz viene de largo. Aunque el servicio --personal y gestiones-- dependen de la Generalitat, el edificio --una de las conocidas casetes dels mestres-- es de titularidad municipal y, por lo tanto, le corresponde invertir en las mejoras. Durante mucho tiempo, organizaciones sindicales reclamaron realizar mejoras por las malas condiciones en las que se encontraba y, ante la falta de respuesta, recurrieron a los tribunales. A principios de la legislatura pasada un juez dictó sentencia, la Vall debía reformar el inmueble.

Varios años después

El actual equipo de gobierno presupuestó en el 2019 la reforma, pero un ligero retraso y la llegada de la pandemia obligó a cambiar los planes. Para garantizar una prestación óptima de la atención al público, se decidió trasladar el servicio a otra de las casetes dels mestres, al otro lado de la avenida Jaume I, donde permanecen hoy en día.

Si los trámites y la ejecución de las obras no sufren ningún contratiempo o imprevisto, previsiblemente a principios del año 2022 el juzgado de paz podría volver a su ubicación original.