Con la inyección de ánimo que inspira la convicción de que más vale algo que nada, los vecinos de Betxí han vivido hoy un día de las paellas muy distinto al que están acostumbrados a celebrar. Prácticamente se ha desarrollado en la intimidad que obliga la necesidad de evitar las concentraciones de gente, aunque las distancias lo que lograron fue repartir ese espíritu festivo que flota desde hace días en el ambiente por gran parte de las calles del municipio, donde se reunieron peñas y grupos de amigos.

El alcalde, Alfred Remolar, asegura que no han sido pocos los vecinos que han decidido rendir su particular tributo al día que no ha podido ser y cocinar juntos la paella en sus respectivos casales, a pesar de haberse anulado la cita tradicional en el Frontón.

La programación les tenía preparada una alternativa controlada, las dos actuaciones de grupos musicales locales, «en las que podremos reunirnos», con el inevitable protagonismo de las mascarillas como elemento común e imprescindible para participar.