Los campanarios son testigos desde las alturas del día a día de un municipio y el Campanar de Burriana es, además, uno de los símbolos más queridos por los vecinos que alzan la vista para saber la hora o se guían por sus toques para la llamada a misa.
Durante una semana, el Templat ha permanecido mudo por una avería en el sistema eléctrico causado por la tormenta del pasado 16 de septiembre, pero ayer rompió por fin su silencio.
La espera no ha sido tanto por la gravedad del problema como por la intensa agenda de los técnicos especialistas de 2001 Técnica y Artesanía, que han visto como la agitada actividad eléctrica de estos días multiplicaba su trabajo a lo largo de todo el territorio con algunas torres afectadas en la provincia como la de Cinctorres, les Useres o Serra d’en Galceran.
El especialista, Javier Calero, con 25 años de experiencia como doctor de campanarios, explica que "la descarga eléctrica pasa por el pararrayos, pero sus ramificaciones causan la subida de tensión que acaba achicharrando las placas electrónicas que activan los motores".
En el caso de Burriana, no ha habido que lamentar males mayores y tan solo ha afectado a una de las campanas más pequeñas del recinto. Pero, por lo demás, el volteo con nombre propio de las campanas de Sant Josep, Nostre Senyor, la Mare de Déu, la Blaia, entre otras, devolvió ayer la alegría a tiempo de anunciar la víspera de la festividad de la virgen de la Mercé en la población.
