El de ayer fue un día de reencuentros en la Vall d’Uixó. En la jornada inaugural del característico triduo religioso de las fiestas de la Sagrada Familia, la parroquia del Santo Ángel volvió a vivir uno de sus días grandes para acoger los actos centrales de la celebración de la Trasladación, que incluyó una misa, la ofrenda a los patronos y la primera procesión.
Primera porque, como manda la tradición local, habrá tres, la de ayer, la que tendrá lugar mañana y la que cerrará el triduo el martes, donde procesionará el Cristo.
Muchos son los detalles que evidencia que, pese a todos los esfuerzos, estas no son unas fiestas típicas. Entre ellos, la presencia de la reina de las fiestas que ya lo fue en el año 2019, Carmen González, por lo que está viviendo por partida doble estos momentos de especial intensidad para los devotos.
En el interior del templo no hubo distancias, los bancos estaban llenos de feligreses, así lo permite el levantamiento de las restricciones por lo que respecta a los aforos, aunque todos con la mascarilla, elemento indispensable para todos los participantes.
En el exterior, las calles presentaban un aspecto propio de la prepandemia, por lo que se respiraba cierta normalidad, con la única y ya mencionada excepción del uso del cubrebocas obligatorio.
Así es como las fiestas tradicionales están demostrando que se pueden reactivar las tradiciones con el cumplimiento de unas mínimas medidas preventivas.
Programa lúdico
Aunque el protagonismo del día fue para las citas religiosas, el programa no dejó de lado una parte más lúdica, que se desarrolló en el entorno del Espai Gastronòmic, ubicado en la plaza de la Sagrada Familia. Como sucederá los próximos días, ayer se organizaron dos conciertos en vivo, uno por la mañana, el de A contra temps, y otro por la tarde, con Patxi Ojana. Durante la jornada de hoy habrá tres actuaciones, en el día de los patronos.
