Una vez que Benicarló ha vuelto ya completamente a la normalidad tras el desmontaje de las carpas de las comisiones, el Ayuntamiento hizo este jueves balance de las primeras Fallas poscovid, en la que el control de las zonas de ocio nocturno y el lanzamiento de cohetes han copado las labores policiales durante los días festivos.
En concreto, los agentes detectaron «hasta cinco intentos de botellón», pero llegaron a tiempo para «evitar grandes concentraciones de jóvenes» en la localidad. Así lo explicó el jefe de la Policía Local, Víctor Cheto, que añadió que los efectivos benicarlandos interceptaron también 30 cohetes de calibre inadecuado, además de contabilizar un incendio en un buzón de Correos. «Las cifras, en general, son buenas», apostilló.
Las Fallas son un motor económico para todo el pueblo, han sido un éxito económico, cultural y social
La alcaldesa, Xaro Miralles, puso en valor el esfuerzo y la dedicación con el que han trabajado las cinco comisiones falleras que decidieron plantar ahora (Benicarló, El Caduf, Mercat Vell, La Carrasca y Els Conquistaors), junto con la Junta Local y el área de Fiestas y Fallas a lo largo de todos estos meses. «Las Fallas son un motor económico para todo el pueblo que no solo involucra a artistas falleros, sino que también implica a muchos otros sectores como indumentaria, floristería, tintorería, suministros, peluquería, restauración y un largo etcétera», definió.
Por ello, explicó, el presupuesto municipal consignó la misma cantidad que otros años a esta atípica edición de las celebraciones, que «han sido un éxito económico, cultural y social», reivindicó.
El edil de Fallas, Pedro Manchón, afirmó que, a pesar de las adversidades que se encontraron para llevar a cabo ahora, en pleno mes de octubre la fiesta, «queríamos mostrar nuestro compromiso porque no nos podemos permitir un Benicarló sin Fallas».
