El Periódico Mediterráneo

El Periódico Mediterráneo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LA TECNOLOGÍA AL SERVICIO DE LA CALIDAD DE VIDA

La biónica en un niño de Nules

Pau, de 9 años, ha tenido la oportunidad de probar, por primera vez en la Fundación Valenciana para la Neurorehabilitación, el exoescoleto biónico desarrollado por el CSIC

Pau fue uno de los niños que probó el exoesqueleto biónico. MÒNICA MIRA

Pau, un niño de Nules, supo hace muy poco lo que es estar completamente erguido sobre sus piernas. Comprendió cuál es el movimiento natural del cuerpo humano al caminar y fue capaz de practicarlo por propia voluntad de una manera fisiológicamente adecuada, por primera vez en su vida. A pesar de tener ya 9 años, Pau no había podido hacerlo hasta ahora porque nació con una parálisis cerebral que lastró su desarrollo motor, por lo que ese gran reto para un pequeño como él fue posible gracias al primer exoesqueleto pediátrico desarrollado por la ingeniera española Elena García Armada (CSIC), un robot que, recientemente, pudo ponerse a prueba en las instalaciones de la Fundación de la Comunidad Valenciana para la Neurorehabilitación (Fuvane), donde atienden a niños como Pau llegados de las tres provincias.

Para Raquel y Rubén, los padres de Pau, las posibilidades que este exoesqueleto biónico pone a disposición de su hijo y de otros niños como él, con patologías diversas, «es un sueño» que está más cerca de ser una realidad plausible, solo haría falta un impulso institucional, una inversión en tecnología nacional que ya no es ciencia ficción y que «mejoraría mucho la calidad de vida de niños como Pau», destaca Raquel.

Efectos inmediatos

Kornélia Borsós-Szabó, neurorehabilitadora que trabaja con Pau en Fuvane, asegura que el exoesqueleto estuvo a prueba en su centro de València durante dos días y el perfil de este niño de Nules era idóneo para estudiar su efectividad terapéutica. Borsós-Szabó explica que Pau camina habitualmente con muletas o un andador, aunque por sus condiciones físicas, cuando avanza vascula de derecha a izquierda. Este movimiento, a la larga, «puede provocar deformidades de la espalda e incluso afectar a los órganos». Muchos niños con poca movilidad suelen sufrir problemas respiratorios.

Pau fue uno de los niños que probó el exoesqueleto biónico. MÒNICA MIRA

Durante dos sesiones de una hora y media con el exoesqueleto, Pau tuvo la oportunidad de «sentir cómo es caminar con un patrón de marcha natural, de la manera más fisiológica». Pero lo más sorprendente para sus terapeutas fue comprobar que al finalizar el trabajo en la segunda sesión, «cuando cogió sus batones tenía más extendidas ambas piernas».

La especialista incide en que «no es un cambio muy grande, pero nos llamó mucho la atención», de ahí que considere, sin dudar, que el robot «es un importante complemento» que además, a través de múltiples sensores, recopila mucha información de interés sobre el comportamiento del niño para así adaptarse a su sintomatología, porque no hay dos personas iguales. El exoesqueleto sabe cómo diferenciarlas para ser útil. 

El objetivo de la creadora de este dispositivo, Elena García, como ha expresado en más de una ocasión, es que pudiera formar parte de la vida cotidiana de estos niños y mejorar así su calidad de vida dotándolos de una independencia y una movilidad con la que, hoy por hoy, no cuentan.

Para familias como la de Raquel y Rubén, ya sería una gran avance que el trabajo realizado con su hijo no fuera algo excepcional, al convertirse en un recurso más a disposición de los menores con necesidades de movilidad como las suyas en estos centros de neurorehabilitación, de la mano de la Sanidad pública

Compartir el artículo

stats