Si hace unas semanas este pueblo de Castellón de unos 140 habitantes ya dio que hablar por ser el único de la provincia que ha celebrado este año Sant Antoni, al hacerlo de forma insólita en pleno mes de octubre, ahora la Todolella vuelve a estar en el centro de las miradas por haber logrado exhibir uno de los mejores toros que se han visto en la pospandemia en la provincia e incluso en la Comunitat.
Marcado con el número 51 y el guarismo 6, Florito, el ejemplar criado en la ganadería de Antonio López Gibaja (en Plasencia, Cáceres) que exhibieron el pasado sábado en la Todolella, en el retorno de los bous al carrer a la localidad, no dejó indiferente a nadie. «Fue un toro espectacular, con un gran porte y una imponente presencia. Era impresionante a la vista», destaca Claudio Guardiola, el máximo representante de la peña El Diable, el colectivo local que financió la compra de este astado.
"Era un toro muy musculado, un toro muy bien hecho. Además, tenía mucha energía, arrancaba muy bien y dio muy buen juego. La verdad es que es un ejemplar al que poco más se le puede pedir", resume Guardiola.
Prueba de la gran expectación que levantó es que "todo el mundo, tanto vecinos como aficionados" quedaron "encantados" y felicitaron a la peña por tener el lujo de exhibir un morlaco de semejantes características en un lugar como la Todolella. "De hecho, subieron expresamente al pueblo ocho-nueve fotógrafos para ver solo a Florito", remarca.
"Trapío descomunal"
Una descripción en la que coincide Javier Villanueva (Villa), el gerente de Taurovilla, la empresa que vendió el toro a la peña de la Todolella. "Tenía un trapío descomunal, era espectacular. Este toro podría haber formado parte, sin duda, del cartel de una plaza mucho más importante. Lo hubiera podido vender en cualquier lugar", recalca.
A tenor de sus envidiables características, Florito es un férreo candidato al premio de mejor toro presentado de la provincia en la era poscovid.
