La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollá, ha asegurado este jueves respecto a la muerte de 10 de los cerca de 50 burros que fueron introducidos en el parque natural del Desert de Les Palmes para prevenir incendios que hicieron "lo que tocaba ante una circunstancia administrativamente, políticamente y humanamente discutible".

Mollà ha señalado que cuando se enteró del proyecto, este ya estaba parado. Ha insistido en que no era un proyecto suyo, sino de un director de un parque con el propietario de unos animales, que registra una petición de hacer el proyecto en la Dirección Territorial y el director general de Medio Natural firma a favor del mismo.

Al respecto, ha destacado que le hubiera gustado que el ganadero hubiera llamado a algún veterinario "para saber lo que estaba pasando durante estos dos meses cuando se le iban muriendo los burros".

"Cuando se nos dijo que habían muerto 10 burros, con unas explicaciones que no tenían ni lógica, comenzamos a iniciar un expediente de información reservada y se asumieron responsabilidades políticas porque el director general había firmado un proyecto que no tenía suficiente garantía de que se hiciera en condiciones, y se hizo una denuncia ante la Guardia Civil porque supimos que había otra persona cuyos burros estaban amenazados de muerte", ha recordado.

Según ha indicado, "estas son de las cosas que sorprenden en la vida política", y ha añadido que no se lo esperaba, pero cree que se ha hecho una labor "de transparencia, de investigación y de poner los puntos sobre las responsabilidades que hay de manera ejemplar".

Mollà, que ha señalado que han pasado a la Fiscalía toda la información que les ha requerido, como los informes preliminares de los veterinarios, ha recordado que la ganadería extensiva se utiliza en muchos casos para prevenir incendios.